Con una producción mundial que ronda las 270.000 toneladas anuales, obtenidas de las casi 2.900.000 hectáreas de monte alcornocal que se encuentran repartidas a lo largo y ancho del bosque mediterráneo, el sector del corcho vive en la actualidad momentos expectantes y de incertidumbre debido a la presión a la que viene siendo sometido por la aparición en el mercado de cierres alternativos a su producto estrella , el tapón, que ha visto reducida su cuota de mercado en los últimos años, aunque la industria se esfuerza sobremanera para superar sus problemas, acometiendo una transformación de todo su tejido, reforzando la calidad y la formación y apostando por la I+D+i como algo necesariamente indispensable para garantizar la competitividad.

El hecho de que el sector corchero venga dependiendo en gran medida a lo largo de su historia de la producción del tapón, ha de llevar a la apertura de nuevas vías para la diversificación del mercado, abordando la implantación de otras aplicaciones que contribuyan al crecimiento de un sector que es uno de los ejes vertebradores del esqueleto económico del entorno en el que se ubican sus distintas industrias así como de numerosas zonas rurales.

XDE FORMAx paralela, el sector ha de continuar profundizando en la mejora de la calidad y en la trazabilidad del tapón de corcho como cierre para el vino, con el que conforma un maridaje indisoluble desde hace alrededor de 300 años, cuando el abate benedictino, administrador de la Abadía de Hautvillers, en la Diócesis de Reims (Francia), Pierre Perignon , descubriese el corcho. Después de tres siglos, ha quedado patente y de manifiesto que no existe ningún otro cierre para el vino con las mismas características que el tapón de corcho, que es un producto único e inimitable por las numerosas propiedades (estanqueidad, elasticidad, etcétera) que posee y por unas condiciones que sólo la madre naturaleza puede otorgar y con las que nunca podrá competir la mano del hombre por mucho que nos empeñemos.

En este punto hay que decir que, históricamente, el corcho ha jugado siempre un papel fundamental en la conservación de nuestros vinos, permitiendo que estos sigan vivos dentro de la botella y su evolución, aportándoles un prestigio impagable y convirtiéndose en su mejor aliado, estando fuera de lugar, por tanto, el debate suscitado en los últimos tiempos en torno a la conveniencia o no de que el tapón de corcho continúe siendo el elegido para dicho cometido. Los rigurosos controles de calidad a los que viene siendo sometido el corcho a través de Sistemas de Certificación como Systecode y la puesta en funcionamiento de Códigos como el de Buenas Prácticas Suberícolas o el de Buenas Prácticas Taponeras garantizan su calidad en todo el proceso, desde su desprendimiento del alcornoque hasta la llegada al consumidor, por lo que su maridaje con el vino se convierte en indisoluble.

Que el consumo de corcho contribuye a la conservación y regeneración del monte mediterráneo es algo que está plenamente demostrado y fuera de toda duda. Su nacimiento, en pleno corazón de la naturaleza y dentro de un ecosistema único en el mundo, hace posible el mantenimiento del hábitat para especies en peligro de extinción tales como el lince ibérico, el buitre negro, el águila imperial o la cigüeña negra, lo que hace que el corcho cobre aún más valor si cabe.

A nadie se le escapa que el corcho es un producto estratégico para las regiones mediterráneas por su carácter sostenible y por ese mencionado valor ecológico del alcornocal, erigiéndose en fundamental dentro de la lucha contra el cambio climático y la desertificación y convirtiéndose en pulmón para reducir las emisiones de CO2.

Campañas emprendidas a nivel internacional por asociaciones ecologistas como WWF/Adena, "Corcho Sí. Alcornocales Vivos", suponen un aldabonazo importante en la concienciación de la ciudadanía para que el consumo de corcho no decaiga en beneficio de otro tipo de productos alternativos, máxime cuando se trata de algo eminentemente natural en estado puro.

El sector del corcho ha demostrado siempre una más que sobrada fuerza para afrontar retos difíciles y sobreponerse a su problemática, este momento no es una excepción, por lo que hay que ser optimistas de cara al futuro y confiar en que, unidos todos los integrantes de la cadena productiva y con la ayuda necesaria de las distintas Administraciones, junto al peso que otorga su propia historia, se remontará el vuelo para continuar siendo un referente indiscutible en el mercado y para nuestra tierra.

*Director del programa ´La Mañana´, de COPE Cáceres.