Coordinador generalde Adenex

El domingo 23 de febrero leíamos en este periódico, con cierta sorpresa, el artículo firmado por el escritor J. Sánchez Adalid, donde se pedía por favor, la guerra preventiva contra el cormorán .

Pero, ¿qué sabemos del cormorán? Los cormoranes son parientes de pelícanos y alcatraces, existen 40 especies en todo el mundo, dos en España, y sólo una, el cormorán grande, que así se llama, en Extremadura. Este cormorán tiene dos razas en Europa, una propia de las costas y que nidifica en acantilados marinos y otra que habita el interior y cría en árboles. Obviamente, esta última es la que llega cada invierno a nuestras tierras. Aunque no puede calificarse de especie nueva, su presencia en número importante es reciente, unos 25 años. Extraña que ahora llame tanto la atención, pues ya hace 13 años, Cáceres era la provincia española con más cormoranes. Y desde entonces su población se mantiene estable en unas 6.000 aves. Más otras 4.000 en Badajoz. Quizás ahora destaquen por ser más visibles, pues si antes pasaban desapercibidos en la soledad de los embalses, ahora vienen a dormir a Mérida y Badajoz, buscando una mayor seguridad en la ciudad al ser víctimas de la persecución en el campo. Lo cierto es que estas dos ciudades alojan cada noche las mayores concentraciones de cormoranes de la provincia de Badajoz.

¿Es el cormorán una especie autóctona extremeña? Por supuesto, dado que su llegada se ha producido de forma natural y ya ha empezado a criar en embalses de Toledo, Ciudad Real, Jaén y Badajoz. Desde el otro punto de vista, ¿cuál es la situación de los peces autóctonos extremeños? Crítica, como dejan claro José Luis Pérez-Bote, Casimiro Corbacho y Ricardo Morán, profesores de la Uex. Según éstos, en 1992 había 34 especies de peces en Extremadura, 23 de ellas nativas; en sólo 10 años, hasta 2002, se han extinguido tres más y han aparecido tres introducidas. Con el cierre de la presa de Alqueva es segura la extinción de otras dos especies migradoras, la anguila entre ellas. De modo que en la actualidad sólo quedan 18 especies autóctonas en Extremadura, muchas en serio peligro de extinción, y 14 introducidas (carpa, black-bass, lucio, la propia tenca, etcétera).

En ningún caso los cormoranes parecen los responsables, más bien hemos sido los humanos. En nuestros ríos, desfigurados por embalses y canalizaciones, los peces nativos desaparecen y se multiplican los introducidos. Además, son los propios pescadores quienes introdujeron y siguen haciéndolo, a pesar de ser ilegal, nuevas especies altamente dañinas para el ecosistema.

Para confirmar que asociaciones y autoridades están preocupadas, comentar que hace sólo un mes toda Europa se puso de acuerdo para conocer cuántos cormoranes hay en el continente. Así los días 18 y 19 de enero se llevó a cabo el I Censo Europeo de Cormorán Invernante. Los datos obtenidos servirán para conocer mejor los problemas y poder corregirlos. Pero, por favor, no declaremos más guerras estúpidas basadas en la ignorancia. Si muchos nos oponemos a la guerra en Irak, ¿por qué tanta xenofobia contra el indefenso cormorán?