TOta la española, que también cabe. Aunque no tengamos aún clara la resolución del affaire Chipre, sí ha sido evidente que es todo un caso paradigmático de poner nuestras barbas en remojo. Lo que se anunció como un impuesto, y nunca como corralito, se convirtió en el transcurso de pocos y movidos días en toda una trampa para los chipriotas. Merced a unas pocas merecidas "vacaciones bancarias" (es de analizar la desfachatez de algunos para hacer garabatos verbales y encubrir mentiras) el pánico se extendió en la isla al estar limitada la disponibilidad del dinero a lo que expendieran los cajeros automáticos. Al final, no habrá confiscación para los depositantes y poseedores de cuentas corrientes. Pero nos han metido el miedo en el cuerpo, claro. Y nos han avisado de cómo podrían ser las cosas si no aceptamos más ajustes, por supuesto. No tengo duda de que este era parte del objetivo de ese extraño vaivén de decisiones y desmentidos de estas dos semanas.

Represión financiera. Si me permiten ya me extenderé otro día en esto, pero ese es el nombre del proceso que estamos ahora mismo viviendo. Es curioso como en el ruido de la crisis algunos se están aferrando a defender derechos materiales de todo tipo, obviando en cambio el primer derecho pecuniario que existe. Que conserves tu dinero. Que puedas pagar. ¿No sería realmente un drama encontrarse que sus ahorros, lo que con tanto esfuerzo ha conseguido ganar y ahorrar, se ha evaporado? ¿No hay derecho más básico que lo obtenido con el esfuerzo de una vida sirva para, al menos, comprar algo de tranquilidad? Pues que sepan que eso ya está pasando. Y si creen que no ha existido ya un corralito en España, les digo que se equivocan.

Participaciones preferentes, subordinadas, acciones convertibles. ¿Les suenan los nombrezuelos? Por descontado. Es hasta probable que algún infortunado lector haya sufrido ya la perversa ratonera que han sido estos productos para los pequeños ahorradores. Es verdaderamente terrible la sensación de indefensión que asalta a quiénes se han visto en la tesitura de sentarse frente a su banco de confianza (¡ja!) y les han dicho que no podían sacar su dinero. Que lo lamentaban. Cuando no directamente les han soltado que lo habían perdido todo o en gran parte. Imaginen la impotencia, sobre todo teniendo en cuenta que muchos ni siquiera sabían qué estaban firmando. Movidos en no pocas ocasiones por la confianza del que estaba al otro lado de la mesa. Que, no se extrañen, también se puede haber visto enfangado en este timo generalizado.

Corralito, sin ambages. Y por una doble vía. Primero, por la confianza depositada en una entidad que les vendió inversión (y no de bajo riesgo) disfrazada de improbable forma de ahorro. Y segundo, por un Estado que rescata a esas entidades, mediante dinero público y deuda (que no es más que dinero público a futuro), y pacta con Europa que impondrá pérdidas a esos ahorradores. Sí, sí, no se escandalicen: está en el acuerdo firmado para el rescate bancario español, conocido como Memorando de Entendimiento. Y digo conocido por decir algo.

XEN EXTREMADURAx hay cientos de casos de afectados por estos productos. A los que, por cierto, EL PERIODICO EXTREMADURA les ha prestado voz y servido de altavoz, incluyendo portadas. No es para menos, en todo caso. Ahora Liberbank, ese contenedor bancario donde ha ido a parar Caja Extremadura, anuncia una oferta de canje de esas preferentes o subordinadas. Canje que consiste en asumir una quita y el resto, en acciones de la entidad o "cocos" (bonos que se convierten en acciones). Será casualidad que se haga esta oferta justo cuando se anuncia la salida a Bolsa para mayo. O no. Será casualidad que se haya hecho campaña de prensa defendiendo el valor de las futuras acciones, que yo calculo que realmente son de 0,01 euro por acción. O tampoco será casualidad. Pero son demasiadas casualidades.

El vía crucis de estos ahorradores no ha acabado aún, infelizmente. Ni les va a valer cualquier arbitraje que les ofrezca, porque está claro que bancos y estado se sentarán al mismo lado de la mesa. Por intereses comunes. Siempre les quedará reclamar y exigir en los juzgados lo que se les ha arrebatado en esta estafa a gran escala. ¿Y los demás? El que avisa no es traidor. Y ayer anunció Europa que la nueva normativa de resolución de crisis bancarias podrá imponer pérdidas a los depositantes en futuros rescates. Tela.