He llegado a la conclusión de que cuando una modelo desfila por una pasarela con una blusa transparente y sin sujetador, o bien, con las tetas al aire, correspondiendo al diseño de un modista, está colaborando al engrandecimiento de la Moda, pero si es azafata de Ryanair, y se fotografía con los pechos ocultos por un bikini, en el interior de un avión, su cuerpo está siendo vilmente utilizado en una publicidad oprobiosa y sexista.

Se trata de un calendario vejatorio para la mujer. En cambio, si unos bomberos se desnudan para lo mismo, entonces, eso se refiere a una exaltación de la Física Recreativa . En un país, donde cada semana, un novio o un marido cose a puñaladas, rocía con gasolina y le prende fuego a una mujer, o la atropella con premeditación hasta matarla, resulta de aurora boreal que el calendario de unas chicas en piezas de baño provoque una polémica.

Por otro lado, sus señorías del Congreso de los Diputados, en una tarde seguramente de pesada digestión, querían incluir en el Código Civil el pescozón de un padre a su hijo o el cachete en el culo. En el Senado, donde parecen más serenos, han echado abajo la propuesta, no sabemos lo que durará. Todo esto sucede en un país donde el sistema escolar hace aguas, la inmensa mayoría de los profesores se jubila a los sesenta años para dejar de ir a unas aulas de las que ha huido la disciplina y la obediencia, y han llegado, en cambio, los padres que maltratan a los maestros.

Dedicamos ingentes esfuerzos a aparentar que somos políticamente correctos, y no nos quedan energías para analizar nuestros auténticos problemas y tratar de darles solución. Somos tan avanzados, tan modernos, tan in , tan medrosos de estar out , que ya solo nos falta reglamentar la poesía, no sea que algún vate se descarríe y llame negro al negro o escriba culo, sobre todo culo de mujer. Sin saber cómo hemos pasado de ser políticamente correctos a estar correctamente ridículos.

Y esto tiene pinta de durar.