Que en el fútbol internacional hay casos de corrupción no constituye ninguna novedad. Pero la actuación de Europol contra una colosal red delictiva sí representa un salto cualitativo, por cuanto la cantidad de partidos analizados, los jugadores, árbitros y dirigentes investigados y los beneficios derivados del amaño de encuentros a todos los niveles significa un punto y aparte de gran trascendencia.

Hace poco más de un año, la Interpol y la UEFA firmaron un memorando de actuaciones que precisamente hacía hincapié en la lucha contra este tipo de trampas, en las que se precisa la colaboración de muchas personas para obtener unas ganancias ilegales. Ahora, la policía europea ha destapado el engranaje, que por sus cifras es sobrecogedor. "Es un día triste para el fútbol europeo", ha declarado el director del organismo de seguridad de la Unión Europea, y ciertamente representa un mazazo que deja en pañales el escándalo Calciopoli en el que se vio implicada la Juventus italiana.

Esta información lacerante, que ataca a la línea de flotación de la credibilidad en un terreno que, por definición, presume de ser ejemplar, se añade a tantos otros casos --desde Lance Armstrong al oscuro asunto del Mundial de Catar y las implicaciones de la FIFA, pasando por la conocida como 'operación Puerto'-- que sin duda desconciertan e hieren severamente al mundo del deporte. Precisamente relacionadas con las acusaciones referidas al doctor Eufemiano Fuentes (cuyo juicio oral por el entramado de drogradicción en el mundo del ciclismo acaba de empezar), saltan también a primera página las duras acusaciones de un expresidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola .

Fuentes ya se refirió a otros "clientes" aparte de los ciclistas, y muchos intuyeron que se refería, entre ellos, a futbolistas de nuestro país. Entre los mencionados por Badiola en los oscuros años del dopaje, según él, en el seno del equipo donostiarra aparece la figura de José Luis Astiazarán , actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional, quien ya ha anunciado su intención de querellarse.

Sea como fuere, la sombra de actuaciones reprobables se cierne en estos momentos sobre el fútbol español. Conviene estar atentos a las novedades de los próximos días y exigir, en cada caso, las depuraciones y condenas necesarias para unos hechos del todo incompatibles con las exigencias de la ética deportiva.