XExn el último cuarto del siglo XIX la luz llegaba a Extremadura. Fue celebrada como símbolo de bienestar y prosperidad. Hoy la electricidad es un bien tan necesario, que difícilmente podríamos pensar en nuestra vida sin ella.

Desde entonces hasta hoy, las necesidades de la sociedad han evolucionado. Esa evolución se traduce en un progresivo aumento en la demanda de energía. Año tras año se baten los registros de consumo.

A nadie se le escapa que el esfuerzo realizado por las empresas que generan, distribuyen y comercializan la energía eléctrica para que este bien fundamental llegue a todos los rincones ha sido importantísimo. Pero algo debe estar fallando cuando los problemas por cortes o pérdidas de calidad en el suministro siguen siendo, por desgracia, más habituales de lo debido.

En un informe de nuestra asociación de junio de 2002 se decía que en el 2001 se produjeron en prácticamente toda la región 709 cortes de luz. Esa falta de continuidad en el suministro incide en la calidad de vida de los ciudadanos, no sólo en el ámbito doméstico; también en el laboral y empresarial. Estos cortes producen pérdidas millonarias por averías de electrodomésticos, alimentos estropeados, paros laborales, etc.

La mejora de la calidad del suministro en nuestra región es, por tanto, una asignatura pendiente. Es cierto que ha habido acuerdos con las administraciones para mejorar las redes, pero hasta que no se materialicen seguiremos sufriendo la falta de calidad.

Afortunadamente, en Extremadura tenemos instrumentos que, al menos, nos ayudarán a paliar los daños que nos ocasionen esos cortes. En efecto, todos extremeño tiene derecho a una reducción del 20% en su factura si sufre cortes de más de una hora, porcentaje que aumentará en otro 2% por cada hora o fracción adicional. Hasta ahora, sólo Sevillana-Endesa ha anunciado que va a aplicar esos descuentos de forma automática. En todo caso, y puesto que es nuestro derecho, si no lo hacen automáticamente, podremos ser nosotros quienes reclamemos que se hagan.

Pero la calidad del suministro eléctrico no debe basarse sólo en que haya o no cortes o en las bajadas y subidas de tensión, aunque estos sean los elementos más importantes. En Extremadura se entiende la calidad como algo global, que incluye aspectos como la información, atención al cliente o el respeto al medio ambiente. Y la falta de información hay que colocarla en el debe de las compañías eléctricas.

Ante cualquier corte o alteración de la tensión eléctrica, la respuesta de las compañías a una eventual reclamación será siempre la misma: "no corresponde indemnización". Argumentando "causa de fuerza mayor", mala colocación de los electrodomésticos, falta de mantenimiento de la red interior del cliente o cualquier otra excusa, las compañías suelen escurrir el bulto cuando de resarcir a un cliente se trata. Esa negativa inicial, junto con el rechazo absoluto y categórico al Sistema Arbitral de Consumo, hace que reclamar a estas empresas sea realmente difícil.

No estaría de más que, aparte de invertir en mejorar y ampliar instalaciones de generación y distribución, se invirtieran ganas y esfuerzo en mejorar la atención al cliente, facilitando los procesos de reclamación. Eso sólo tiene un nombre: Arbitraje de consumo. Y si las compañías no quieren adherirse, serán las administraciones quienes deban fomentar esa adhesión, haciéndola obligatoria para quienes presten servicios públicos o teniéndola en cuenta para dar subvenciones o hacer proyectos.

*Representante de la Unión de Consumidores de Extremadura