En estos tiempos de gestiones burocráticas por internet, aun quedan reductos del pasado que nos indican de donde venimos y hacía donde nunca deberíamos volver. Uno de estos reductos es la oficina de registro de los juzgados de Cáceres. Cualquiera lo puede comprobar si pide registrar un documento, automáticamente se le mandará a una ventanilla de información en el piso bajo. Allí unas amables administrativas (si eres particular) te administrarán un sello en el que indica el día en el que se realiza la gestión y eso es todo. Si uno indaga un poco más, se da cuenta que en el panel informativo del piso bajo, la oficina de registro se indica que está en el ‘primero’. Si tienes ganas de subir por fin la encuentras. A la entrada hay una administrativa que te atiende y te quiere bajar a ‘Información’ de nuevo. Si insistes un poco por fin puedes ver al registrador. Yo tuve ese honor. Le indiqué que al registrar un documento hay un código, en el que se indica el número de gestión y ese código es para el usuario y le da garantías de cara a posteriores gestiones, etc. Parece ser que no estaba muy de acuerdo aunque a su lado tuviese una «registradora». Me argumentó que llevaba 35 años haciendo lo mismo, lo que me llevó a pensar que hay cosas que cambian demasiado despacio.