La energía es la gran variable estratégica en las relaciones internacionales, en los conflictos armados, en las tensiones políticas, en el desarrollo regional y global. Y de todas las fuentes de energía el petróleo es el rey, tanto que se dice que nuestra economía es petróleo-dependiente . Necesita de él de forma abundante y barata para su mantenimiento y desarrollo.

La geopolítica internacional ha provocado varias crisis petroleras que no han hecho más que demostrar nuestra situación de dependencia frente al petróleo. Este fenómeno se ha visto acompañado de una oleada creciente de preocupación por la alteración indiscutible del medioambiente y los problemas de salud, planteándonos nuestra viabilidad como especie. Y todo ello debido fundamentalmente al uso masivo de los combustibles fósiles.

Resulta paradójico que los gobiernos, con las naturales excepciones, no estén preocupados de otra cosa que de los precios de la energía, olvidando estrategias energéticas sostenibles, aunque todos conocen nuestro grado de dependencia del petróleo y su limitación lógica como recurso finito.

La ciudadanía en nuestra región, hoy más que nunca, se rebela ante esta situación y se opone a proyectos como refinerías y centrales térmicas. Exige a los gobernantes se tenga en cuenta en la economía de todos estos proyectos los aspectos ambientales y de salud, así como su escasa rentabilidad en un futuro incierto marcado por la próxima, definitiva y cada vez más cercana crisis petrolera: la crisis de oferta.

La crisis energética parece inevitable y no será temporal como las pasadas crisis de los 70 y los 80. El agotamiento del petróleo es una verdad geológica que no responde a intereses geopolíticos o de inestabilidad de los productores. Y los sufridos ciudadanos tarde o temprano, a golpe de interminables subidas en los precios, nos daremos cuenta de que éstas no están provocadas por los problemas en Oriente Medio, en Irak o en Venezuela, que no es por falta de democracia o de mercados abiertos, sino que simple y llanamente todo tiene un fin.

Nuestra generación se encuentra hoy con la realidad de un mundo enfermo de contaminación que camina hacia la catástrofe climática. Y cuando más necesitamos la energía, más escasa es. El agotamiento del petróleo como fuente de energía abundante y barata es hoy una realidad.

XESPAÑA, PORx su absoluta dependencia del petróleo, será uno de los países desarrollados más vulnerables a la crisis, aunque no existirá ninguno en donde no se deje sentir. En 1973, justo antes de la primera crisis del petróleo, España consumía 138,7 toneladas por cada millón de dólares del PIB. En 2004, redujo su dependencia a 118,4 toneladas. Es decir, España ha aumentado su eficiencia energética petrolera (relación entre consumo y PIB) en un 14,7% en 31 años, mientras que en el mismo periodo de tiempo Alemania la ha aumentado en un 60% y los países de la OCDE en un 45%.

Las consecuencias de la crisis dependerán del desarrollo y grado de sustitución alcanzado en ese momento por las fuentes de energía renovables y las políticas de verdadera eficiencia energética. Su investigación y desarrollo deberían ser pues, una prioridad de todos las administraciones. Cuanto más esperamos, más lejos estamos de poder mitigar la crisis y más nos acercamos a las peores consecuencias del calentamiento global.

Felipe González en un artículo de opinión en El País (30/05/2005) lo expresa así: "Los países con estrategia energética, como Estados Unidos o China, están tomando posiciones frente a los recursos actuales y futuros en las energías no renovables, empleando recursos económicos, capacidad de influencia y o potencia pura y dura,..." En el mismo artículo añade que, al margen del valor de la energía como variable estratégica para el desarrollo, "lo más preocupante --por urgente-- es la consideración de la escasez de energía como uno de los factores más importantes para la paz o la guerra. Aunque resulte exagerado, tan importante como la proliferación armamentística y las amenazas del terrorismo internacional, que para colmo no vamos a poder separar de los problemas de la energía". Su artículo termina con la siguiente frase: "Antes que un conflicto de civilizaciones empezaremos a padecer un conflicto por la energía, aunque este tema merezca una atención mucho menor".

¿Por qué muchos políticos son tan clarividentes cuando se retiran? ¿Podrá entender nuestro presidente regional en su retiro el cambio climático ? ¿Es la política en activo un oficio de servicio de la ciudadanía? ¿Una refinería es un negocio de futuro? ¿Por qué en Europa no se construyen refinerías de petróleo desde hace más de 30 años?

*Candidato de Los Verdesde Extremadura a la alcaldía de Mérida