Los estragos de la crisis económica se han dejado sentir en la intención del voto de los ciudadanos, hasta el punto de que el PP ha reducido la ventaja que le sacaba el PSOE hace solo unos meses y alcanza ahora el empate. Esa es la principal conclusión del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecho público ayer. El trabajo de campo del sondeo fue realizado entre el 7 y el 13 de julio, es decir, cuando la sensación de bache económico estaba plenamente extendida entre la ciudadanía, y después de que los dos grandes partidos, PP y PSOE, hubieran realizado sus congresos.

La primera conclusión que cabe extraer de esta encuesta es que el Gobierno no ha logrado sobreponerse a los malos datos económicos con un discurso que genere confianza. La gestión de la crisis, tal vez por el absurdo empecinamiento en negarla, ha desgastado a los socialistas. Y la segunda consecuencia es que un PP más moderado es capaz de captar el voto descontento y crecer, una buena noticia para Mariano Rajoy, quien, sin embargo, sigue sin lograr el aprobado.

Otro dato fundamental del sondeo del CIS, vinculado a los anteriores, es que las primeras preocupaciones de los ciudadanos son, en este momento, la economía y el paro, mientras que el terrorismo cae a la quinta posición. Ese resultado confirma que la nueva legislatura ha comenzado por unos derroteros absolutamente distintos a los de la anterior, presidida por el diálogo con ETA y las reformas territoriales. Si sigue el deterioro económico, como apuntan los expertos, sin excepción, el PSOE puede seguir en su fase de desplome, salvo que termine por articular un discurso pegado a la realidad.