Zapatero busca con la remodelación lo que siempre se busca en todas las remodelaciones ministeriales: impulso político. Las personas ya están elegidas. Tanto en el Gobierno, donde contará con Rubalcaba y Jáuregui , como en el partido, donde contará con Blanco e Iglesias . Cuatro remeros para un nuevo tramo de la singladura que comenzó en 2004 y que está pasando sus peores momentos.

Ese es el segundo elemento del análisis de la crisis del miércoles: el contexto. Las coordenadas en las que se produce la salida de seis ministros y la entrada de cuatro, amén de los que cambian o se refuerzan en competencias, son básicamente dos. Una, el reciente pacto de supervivencia firmado por Zapatero con los nacionalistas vascos (PNV) y canarios (CC). Y dos, la grave crisis económica que nos afecta desde el año electoral de 2008.

Pacto político para asegurarse dieciocho meses más de vida política y una incierta situación económica. O sea, un acelerador político y un freno económico. Con lo primero, Zapatero busca la remontada, la recuperación de la iniciativa política y mayor capacidad de maniobra. Pero lo segundo puede quemar a los nuevos ministros en un mes si la crisis económica sigue siendo una fábrica de malas noticias. ¿O alguien cree que se han terminado ya y que, a partir de ahora, la recuperación de la economía será rápida e imparable?

Por lo demás, está claro que Zapatero se ha puesto a favor del viento que venía soplando a su alrededor. A saber: urge una crisis de Gobierno, sobran ministerios como el de Igualdad o el de Vivienda, el listo de la clase es Rubalcaba, etcétera. Dicho y hecho. Pero vamos a ver lo que dura este impulso cuando los adversarios políticos de este Gobierno se reorganicen.

Esa es otra. Ahí está el caso de Rubalcaba. Hasta ahora se le veía desde el otro lado de la barricada como de lo mejorcito que había detrás de Zapatero. Por supuesto, infinitamente mejor que Zapatero y mucho más valorado, como las encuestas ya se encargaban de recordar.

Bueno, pues apuesto a que en las filas de la derecha sin complejos, que últimamente habían bajado la guardia contra el ministro del Interior y ahora además vicepresidente del Gobierno, no tardará en volver al primer plano el ministro del Gal y el enredador del 14-M (elecciones generales de 2004). De hecho, en la misma mañana de ayer, cuando trascendió a los medios el alcance de la remodelación ministerial, en los circuitos mediáticos próximos al PP ya empezó a circular la especie de que Pérez Rubalcaba va a volver a ejercer de enterrador de los Gobiernos del PSOE , como ya hiciera en el último Gobierno de Felipe González . Aviso para navegantes.