Veo en la televisión imágenes espantosas de una recién nacida tirada a la basura, boca abajo como un animalillo herido entre toneladas de deshechos. O la cogida mortal de un torilero en la plaza de Benavente, mientras un espectador musita: --Le ha matado, le ha matado--, sangriento lance repetido al menos tres veces por el telediario. Y me pregunto de verdad qué criterio tienen los responsables de informativos para emitir ese horror.

En la hora de mayor audiencia, insertadas entre otras noticias de información general y no en el bloque de sucesos, sin avisar previamente de su crueldad, con una muy limitada importancia informativa. Aparecen en descontrol junto a las lágrimas de Colau, el cotilleo sobre Urdangarín en la cárcel, la Jarretera del rey Felipe, la reunión discreta de Iglesias y Sánchez o la boda de Pilar Rubio. Lo único que aparece a su tiempo es el tiempo.

Una entiende, ingenuamente claro, que la clasificación y el orden en los contenidos es herramienta indispensable para transmitir información y hacerse entender. Por ello agradecería que, como en los periódicos, en las noticias televisivas hubiera algún criterio de ordenación y no la incoherencia con que se mezclan los contenidos. A ver, que no soy una Marie Kondo de las news. De acuerdo que la actualidad manda. Pero una vez narradas las noticias de interés palpitante o la última hora urgente, lo exigible es un mínimo criterio con el que ordenar los contenidos en bloques, de tal manera que cuando llegue el relato detallado de las truculencias, los espectadores exigentes a los que les gusta estar informados y detestan el morbo y la carnaza, puedan tranquilamente cambiar de canal, incorporarse con comodidad a Saber y ganar o dormirse plácidamente al son de un documental de animales africanos.

Si quiero ver una película de horror, que no quiero, la pongo. En los informativos solo busco eso: información veraz, importante e interesante. No veo qué pintan una niña moribunda o un torilero muerto justo antes o después de la información política y de la avalancha de Toronto. Maniática que es una.