Quisiera hacer una reflexión que estos días me parece más necesaria que nunca. Es cierto que en los últimos tiempos hemos visto que el debate político ha sufrido una enorme polarización. Siempre me ha sorprendido cómo los militantes, es decir, los defensores de cada bando, son capaces de justificar a toda costa a los suyos.

El mundo se ha dividido entre buenos y malos, nada más lejos de la realidad. Este comportamiento siempre me ha indignado, pero estos días, en plena pandemia, más que nunca. La justificación constante de los nuestros y la crítica destructiva hacia los demás solo nos llevará a ser una sociedad más mediocre. Debemos ser capaces de hacer autocrítica y ser críticos con aquellos que más se identifican con nuestro ideario. Si queremos mejorar, si queremos avanzar, debemos fomentar la crítica constructiva y no la autocomplacencia, porque solo así seremos capaces de afrontar el futuro con más garantías. Es necesario que todos hagamos el esfuerzo de abrir la mente en este sentido.