A las bicicletas de Forichi siempre se les salía la cadena, ahora, y rondando los setenta, se le van los ojos tras una novia bailona. A Valerio, el pregonero del Torno, entre chato y chato se le olvidaban los pregones. Un día lanzó un pregón maldito: "Se hace saber que en Bilbao, en Manresa y en Madrid se atan los perros con longanizas". Se fueron casi todos.

De esto hace ya mucho. Mucho tiempo es el que lleva Ibarra en el gobierno, tanto que Floriano, y desde (imagino) la desesperanza política, pide en el Escorial "limitación a los mandatos de alcaldes y presidentes autonómicos". No creo que ésta sea una idea que requiera Extremadura. Aquí precisamos solventar otros problemas. El primero, el paro sangrante, descorazonador, injusto. Qué pasa con la universidad, con sus titulaciones, que obligan a nuestros estudiantes a una primera y quizás definitiva emigración. Qué ocurre con el empresariado, ávido de subvenciones y rácano en casi todo.

El problema no es la duración del mandato de un alcalde o de un presidente. El problema es cómo gobierna un alcalde, cómo gobierna un presidente, y eso es patrimonio de los ciudadanos. Lo demás es incapacidad para las ideas, por lo tanto para el Gobierno.

*Periodista