TEtn Génova 13 se vive agosto como una tensa espera, haciendo siestas de verano en las que se trenzan sin parar Sudokus y otros juegos de mesa que obligan a rellenar cuadrículas que no cuadran ni a tiros. La sensación allí es de nublado permanente al estilo "panza de burra" si bien hay una calma chicha que circunda despachos y ascensores; los teléfonos de la centralita han dado un respiro y las ventanas permanecen cerradas a la espera de una invasión de manifestantes que cambiarán la sombrilla de playa y el tinto fresquito por la pancarta y trompetilla en cuanto el calendario deje caer agosto del calvo de la pared,

Me cuentan que los que mandan, es decir "los sorayos", han tocado arrebato y han tomado el mando en plaza, dejarán salir a Floriano lo justo y necesario bajo supervisión estricta del discurso-tonterías las justas, dicen que dicen "los sorayos" cansados ya de tanta risita en la butaca donde se apoltrona la "canalla". Definitivamente agosto será más corto de lo habitual para el "sorayismo" puesto que es mucho lo que hay que poner en pie tras la batalla, es mucho, dicen, lo que hay que restaurar tras la autoaniquilación y autobombardeo dirigido desde las cocinas mismas de Génova 13.

El "sorayismo" permanece en la sombra haciendo guardia, desenmarañando las intrigas limoneras de un tal Luis que la ha liado parda con su afán por acumular hacienda y patrimonio. Me cuentan que en Ferraz se esconden otros tantos "Luises" pero que han sabido barrer y limpiar la alfombra para no dejar maldito rastro, además que el PSOE cuenta con otro trébol de cuatro hojas en la manga y es que, no se sabe muy bien por qué razón concreta, los "rubalcabinos" caen bien en general, o sea que caen más simpáticos al personal y el foco les alumbra menos tiempo, ¿entienden ustedes? Meridiano.

Me cuentan que Rajoy refunfuña por todos los rincones de Galicia, que no soporta presuntamente a la tropa que le ha tocado en gracia, me cuentan que sube y baja puertos por no bajar hasta Génova 13 y echar el cierre para un nuevo comienzo-pero que anda en ello con el furor de un ciclista en busca de su maillot amarillo. Me cuentan que hace y deshace listas como quien hace ganchillo, en silencio, balanceándose en la hamaca de su niña Soraya, agitándose cual gaviota, y oscilando cual péndulo a su suerte- me cuentan que se le ha puesto cara de peregrino y en vez de hacer el camino de Santiago, hará el camino contrario, el que baja hacia las profundas Castillas, batiendo tierras, sondeando territorios, rastreando sedes, demandando hombres buenos que le ayuden en su reconquista.

Me cuentan que no descansa ni siquiera mientras duerme, que convulsa en mitad de pesadillas en las que parece que se adivina la figura de un ex líder mundial atacando la fortaleza popular-un desastre de veraneo presidencial. Vaya tropa, dice el pobre entre sueños inconfesables. Me cuentan que está más enérgico que nunca haciendo músculos y tonificando bíceps, fortaleciendo los gemelos a base de potasio y paciencia, pedaleo y cabreo en grandes dosis. Pero también me cuentan que Rubalcaba hace crucigramas buscando soluciones en la página posterior, esperando ver caer la breva madura o incluso agujereada por gusanos del calibre del tal Luis. En la política de ahora si se pagan traidores-

Ignoro cómo anda el patio de Llamazares pero me cuentan que plantan ya injertos de ciruelos y bananos para endulzar el triunfo que presumen, ingenuos ellos- aunque me cuentan en la calle que sí, que ya no votarán ni al PP ni al PSOE, que en cuanto el personal abandone en tromba los paseos marítimos y vayan aterrizando en la ciudad a golpe de facturas atrasadas, de embargos y desahucios, España volverá a su cólera y al atrio de Los Leones.

En cuanto esta España de sangría y boquerón sacuda la arena de sus pies descalzos, Marina Dor cierre sus puertas, volveremos a la furia y el vicio de las tertulias; en cuanto apaguen las luces del Mediterráneo, Madrid pasará a convertirse en el faro que alumbre las mil mareas desatadas en procesión hacia cualquier vomitorio público. Volverán los oscuros gavilanes a sobrevolar el otoño del Congreso y a anidar en los aledaños de una primavera castiza e inminente. No habrá invierno que valga porque haremos la primavera árabe cada tarde cuando las mareas se desaten y los niños salgan del colegio. Habrá por todas partes primavera árabe, volverán las calles al rugido del viento que desataron los dioses sin Olimpo, y habitaremos para siempre en el Kilómetro Cero donde me cuentan que no se pone el sol.

Rajoy refunfuña por toda Galicia, expulsa de su cuerpo las "bruxas" e "coruxas", me cuentan que se pasa el día haciendo queimadas, lanzando conjuros de acantilado en acantilado esperando un buen golpe de mar que purifique y renueve su anestesiado impulso vital. Por si le sirve de algo, aprovechando que me llamo Mar, y suelo estar en estado de buena mar, mar en calma y tal- ahí le mando mi golpe de ánimo.