La verdad de uno puede diferir de la de otro en función del mayor o menor peso de la interpretación o del modo de percibir la realidad. La difícil línea de la objetividad y la subjetividad. Sin embargo, cuando uno pretende directamente que el otro vea la realidad a través de un prisma cuyo único ingrediente es la interpretación, deja de ser verdad para convertirse en otra cosa. Y eso es desgraciadamente lo que el presidente de Extremadura pretende hacer con los extremeños en temas importantes. Una estrategia que se repite reiteradamente. Un mes más, el paro sube en Extremadura y vuelven a sufrirlo las mujeres, los jóvenes, los mayores de 45 años y nuestros autónomos. Desde que gobierna Vara hay 616 parados más, 833 parados más mayores de 45 años, 2.416 jóvenes menores de 30 años desempleados más, 1.312 autónomos menos y 1.330 afiliados a la S.S. menos. Mientras, en el resto de España, se crea empleo.Esos son los datos, la realidad de lo que está pasando en nuestra tierra, y ahí no hay interpretación posible que consuele a los que han perdido su empleo. Me pongo en su piel, y me pongo en la de los agricultores y ciudadanos que como mínimo tienen la duda razonable, dentro de la presunción de inocencia, de la gestión por UPA-UCE de dinero público. No pueden ser condenados ni exculpados de antemano, pero tampoco cuestionarse el admirable trabajo de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tal y como ha hecho el señor Vara al manifestar que «confía» en los detenidos, «y por mucho que lo diga un guardia civil no van a ser culpables».

No solo falta el respeto a la Guardia Civil, a la que debería pedir perdón, sino que demuestra un desconocimiento del funcionamiento del Estado de Derecho -los registros y detenciones han sido autorizadas por un juez-. Desprecia también la separación de poderes cuando defiende que «sería conveniente plantear el retraso de las elecciones al campo» previstas para 2017, argumentando la incidencia que pueden tener en las mismas la actual situación.

Alarma que un presidente ignore el mandato del parlamento y pretenda alterar el funcionamiento de la vida democrática en función de la realidad judicial del momento -más propio de otros regímenes-. La Junta no funciona, y el señor Vara ha cruzado definitivamente al campo de la subjetividad con un ataque directo a la democracia por intereses propios. H

*Diseñadora y diputada del PP.