Escritor

El que todavía colea es Romera en Mérida, donde nos enteramos que es un rico hacendado con propiedades ganadas con el sudor de su frente y donde no falta algún esperpento sobre cómo se movió en los prolegómenos de las elecciones para entregar el poder al pretor Acedo, que desde entonces hasta anda más despejado de cejas. Lo que no tiene desperdicio es el papelucho de Romera, firmado con los del poder del mercadillo , donde se comprometía a defender frente Acedo un día más de toallas y calcetines, si ellos votaban en masa al procer romano y Cristo en todas las almas y en el mundo la paz... Con ese papelucho se fueron a Calle a hacerle la oferta, o sea la misma para no dejar ningún cabo suelto. Pero lo que te deja parado es que Romera fuera en tiempos administrador general del PSOE. Me temo que sólo en cartelería presuntamente se llevaría en comisiones un pico. Después no es extraño ver las modestísimas campañas en medios del PSOE, lo que hace su triunfo todavía más importante de no haber tenido en sus filas a un presunto chupasangre .

Pero lo que nos deja espatarrados es esa otra vertiente de Romera de promotor de viviendas desprotegidas, que llega su gloria hasta Tenerife, según me cuentan. Y aquí uno creyendo en los angelitos negros y en las apariciones de Fátima. Cuando se escriba algún día este trozo de la vida de España, y hasta de la villa más modesta, tendremos que recurrir a los grandes y pequeños lobis de la construcción, donde quién sabe si alguno de los santos con los que nos sorprende Juan Pablo II no tiene pagado el milagro de ida y vuelta por uno de estos constructores que, como las liendres, se reproducen en los mejores abrevaderos municipales de España cañí.