Este curso escolar no es uno cualquiera, y no, no será recordado porque se haya alcanzado una pacto estatal por la educación, o porque la educación básica gratuita sea gratuita, o porque hayamos dejado de estar a la cola de los países con mayor fracaso escolar, no señores, será recordado porque se terminó de implantar la Lomce. Y es que ya le quedaba poco, 2º y 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, además de las controvertidas pruebas externas de Secundaria y Bachillerato, que aunque este curso no tengan carácter académico sí lo tendrán al siguiente.

Mientras nuestros políticos discutían si galgos o podencos, el calendario de implantación ha finalizado y no hay vuelta atrás, solo otra ley educativa puede ya acabar con la Lomce, esto es, en otras palabras, que nos la tragaremos con patatas durante mucho tiempo. Quizás y en caso de gobierno, quiero decir que por fin se pueda formar gobierno, y en breve, lo único "paralizable" serían las pruebas externas, que no es poco. En este punto apostillaría el "y lo sabes" de Julio Iglesias , porque muchos se empeñan en prometer la derogación de la Lomce cuando saben a estas alturas que es inviable. En definitiva, si no lo remedia nadie, a partir de ahora para obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria será necesario obtener una calificación final igual o superior a 5 puntos sobre 10, y la nota será en un 70%, la media aritmética de las calificaciones numéricas obtenidas en cada una de las materias cursadas en ESO y en un 30%, la calificación obtenida en la evaluación final, que como digo deberá ser igual o superior a 5.

Eso obliga a superar el examen y me pregunto dónde quedan los cuatro años cursados y superados con anterioridad, o la profesionalidad del profesorado, funcionario de carrera, que ya determinó en su calificación el apto al alumno. Me pregunto cómo se explicaría que un alumno con un 10 de media, es decir con un 7 antes de aprobar el examen, suspendiera la evaluación, y se quedase sin titular o cómo le explicarías a un alumno con un 4,8 que su compañero con un 5 merece el título más que él, puesto que no estamos hablando de lo que has hecho durante cuatro años, estamos hablando de un examen que vale cuatro años de una vida.