No hay nada que guste más a los fustigadores que la reacción airada en contra de ellos. Excita su espíritu y confirma su materia. Darío Fo , recién premiado con el Scaena en el Festival de Mérida, es uno de esos azotadores del arte que han hecho de la puesta en cuestión de los valores de su tiempo su medio de vida.

Fo (San Giano, 1926) ha vivido apoteosis y tragedias. En todas ellas ha tenido como un milagro a Franca Rame , con la que se casó en 1954. Casi cabría inventar el nombre Forame (o Ramefo ) para definir sus vidas teatrales: juglares en su versión actual y en su sentido estricto: burlones del poder que sufrieron censuras, reprensiones y represiones en el teatro, en la televisión, en la vida (ella fue secuestrada y torturada por neofascistas en 1973).

Fo ha escrito más de 70 obras (Muerte accidental de un anarquista es la más citada) y recibió el Nobel de Literatura en 1997 para escándalo de sus críticos que no concebían a un juglar en la corte sueca. Ha sufrido recientemente la iras del presidente de su país, Berlusconi , por satirizarlo en su último montaje. "El teatro es diversión" , declaró en una entrevista el actor. Pero no sólo esto, para quien subirse a un escenario es una cuestión moral, de manera que la parte que se divierte, añade, "es el cerebro" .

LIBORIO BARRERA