Como es sabido, los jueces de Bruselas, que seguramente no hayan probado la torta en su vida, acabaron por prohibir la denominación de «Queso y torta de La Serena», dando la razón a los denunciantes del Casar de Cáceres, que reclamaban la exclusividad del término de ‘torta’.

Era previsible que los jueces fallaran en ese sentido, del mismo modo que el feta ya solo es el griego, y si es búlgaro o español habrá de llamarse queso balcánico o queso para ensaladas.

Lo de menos son argumentos como que la torta es un tipo de queso y no un origen, que haya muchas más ovejas en La Serena que en los llanos de Cáceres, o que la torta de la Serena, según he oído a más de un cacereño, sea mejor que la del Casar y que ésta se haya puesto demasiado cara.

Lo más triste es que esta guerra queseril, aunque incruenta, sea fratricida, entre dos localidades extremeñas. Que, por ejemplo, peruanos y chilenos lleguen a insultarse por quien tiene derecho a usar el término del ‘pisco’ es otra cosa, al menos es entre países distintos.

Ha privado en nuestra tierra, como suele pasar, la mezquina idea de que mejor que el pastel se reparta entre pocos, en lugar de aceptar una sana competencia, pues parece claro que había suficiente mercado para ambas tortas y que cada cual escogiera la que más le guste.

Nos contaba el profesor Jesús Terrón, poco antes de jubilarse, que de mozo cogía la bici e iba con sus amigos cacereños a provocar a los ‘puebleros’ del Casar.

Hoy día, el Casar de Cáceres es un ejemplo de dinamismo industrial del que debería aprender la capital de la provincia.

Con un polígono donde se encuentran empresas como Imedexsa, que fabrica torres eléctricas para medio mundo, con varias constructoras que han sabido superar la crisis y ser competitivas, y sobre todo con una notable industria agroalimentaria, que produce desde la leche La Casareña (la mejor que se pueda consumir por aquí) a, por supuesto, la Torta del Casar.

En lugar de entrar en discordia con otros productores extremeños y darse de tortas por llevar el nombre de ‘torta’, más habría valido competir lealmente por un lado y sumar fuerzas por el otro para defender los intereses comunes.

Mientras tanto, en las grandes superficies, en el DIA, el Lidl o el Mercadona, dominan los quesos manchegos o vallisoletanos, y apenas se pueden encontrar quesos extremeños. Ni del Casar, ni de La Serena.