Escritor

En un corto lapso de tiempo he tenido ocasión de leer dos artículos de Esteban Cortijo, presidente cesante del Ateneo de Cáceres, escritos con evidente ánimo provocativo. Nadie se ha dado, no obstante, por aludido. Para que lo suyo no quede en triste monólogo, comentaré aquí algo, siquiera sea a costa de alborotar un poco el cotarro.

¿La Consejería de Cultura sobra? se titula el último, publicado en el número uno del periódico Ateneos de Extremadura. Para ser profesor de Filosofía y promotor de un método para aprender a pensar, el pensamiento brilla aquí por su ausencia. Para empezar, mezcla la, según él, deseable desaparición del Ministerio de Cultura con la de la Consejería de Cultura. Lo primero podría entenderse: una vez asumidas las competencias en esa materia por las comunidades autónomas aquél tendría menos sentido. Con todo, desconozco el nombre de un solo país civilizado que carezca de ese ministerio (unido o no al de Educación), al menos en la vieja Europa. Puestos a descender en el escalafón, ¿por qué no han de desaparecer también las delegaciones de Cultura de las diputaciones y las concejalías de Cultura? ¿O eso ya no conviene? ¿Qué interés se te sigue, Roso mío? Dice después que, caso de existir (¿no sobraba?), la consejería debería "limitar su actividad a dos o tres buques insignia de la cultura regional, como el museo y las ruinas romanas de Mérida, por ejemplo, y a financiar desde el Parlamento, objetiva y críticamente, los proyectos culturales que presente la sociedad a través de los colectivos etcétera" El museo, lo dudo: es nacional y depende del Ministerio de Cultura (por ahora). Lo del Parlamento (¿o es la Asamblea?), ¿cómo se ordena? ¿De qué colectivos hablamos? ¿De qué proyectos? ¿Ahora se rifan? Para que su ideal se cumpla, ¿será acaso necesario reconvertir todos los liceos y asociaciones de Extremadura en ateneos a mayor gloria de su incipiente fundación y de su presidente in pectore? Aunque da a entender que usa argumentos de izquierdas, los que maneja son de derechas. De toda la vida: el que más pueda, que arree. ¿Igualdad de oportunidades? Poco importa que en la ciudad se cuente con apoyos privados y otras subvenciones. ¿Y donde no llegan los ayuntamientos, las empresas, los bancos y las cajas? ¿Qué hacemos con los pueblos? Como de derechas es también esa ofensiva insinuación de que lo público se tenga que relacionar con "propaganda y control, cuando no amiguismo, pago de favores o de silencios, etcétera" Eso o afirmar que porque la mayor parte de las actividades culturales están subvencionadas, la cultura está "secuestrada". El sofisma es de delirio. ¿No ha podido realizar él la mayor parte de las que engrosan su currículum gracias a la financiación institucional? ¿No estará ese capítulo en el origen de este panfleto que quiere ser incendiario y no pasa de ser ingenuo y farragoso? El colmo del progresismo: citar a Chomsky. Creo que de progresistas sería continuar con la ingente tarea de redimir a esta tierra de su atraso cultural gracias a la red de bibliotecas, la de museos, la de teatros, la de talleres literarios, las ayudas a la edición y las becas a la creación, el Plan de Fomento de la Lectura y el largo etcétera que conocemos. Si esto no lo hace la Consejería de Cultura, ¿quién lo hará? Habla Cortijo de pura lógica y a mí, ya ven, lo suyo me parece simple disparate.