Por fin, PSOE y PP han conseguido ponerse de acuerdo sobre el ansiado debate entre los dos candidatos. Todo ha sido tan complicado, tan peleado, tan amarrado que solo ha faltado que Zapatero y Rajoy salieran en antena con un cordoncillo atado a sus orejas, para que los asesores pudieran dirigirles desde las bambalinas. Solo les falta el corsé.

Esa falta de espontaneidad puede defraudar al respetable y aburrir a las cabras, que no sería lo peor porque las cabras no votan. Porque de eso se trata, de conseguir votos. Tras los datos de la última encuesta del CIS, los nervios están de punta y los debates se perfilan como fundamentales para orientar a los indecisos. De ahí que equipos especializados en telegenia y otras artes televisivas casi duerman con los candidatos desde hace días. Temiéndose lo peor, el único presidente del Gobierno que aceptó tener un debate con el aspirante, Felipe González , recomendó ayer a Zapatero que sea él mismo y que diga lo que piensa ya que, a su juicio, eso pasa más la barrera de la comunicación que "ese rollo de prepararse". Sin duda teme que el lunes próximo veamos a dos muñecos de cartón piedra con las caras de ambos candidatos, cronometrados por profesionales del baloncesto.

Otra cosa ha sido la guerra de las cadenas generalistas por hacerse con la audiencia de un programa tan esperado. No por motivos cívicos, no nos engañemos, sino por el dinero que hubieran ganado con la publicidad, de haber tenido la exclusiva. Ese es el principal motivo por el que Tele 5 y Antena 3 no van a emitir el debate. Las luchas por colocar a sus figuras como moderadores del segundo debate para así rentabilizar algo su emisión, han hecho perder mucho tiempo a la Academia de Televisión. Antena 3 exigía que Carlos Herrera o Carlos Alsina , ambos de Onda Cero, fueran elegidos. Si no se iban. Y se han ido, haciéndole un flaco favor al PP que tanto ha defendido su cuenta de resultados.

Al final los debates se van a ver en las cadenas que menos gustan al PP: Televisión Española, Cuatro y la Sexta que pagarán los gastos de realización a pachas y no podrán superponer rótulos ni imágenes. Lo importante, lo que interesa a los ciudadanos, no son estas peleas estériles de galgos o podencos. Lo que quieren es ver a Rajoy y a Zapatero cara a cara como hacen los candidatos de todos los países democráticos. Si lo hacen mal ya es cosa suya.