Mientras asistimos a debates televisivos día sí y día también, con primeros espadas, segundos y terceros, ahondando sobre todos los males y soluciones a nuestros problemas diarios, sociales, económicos, políticos, nacionales y regionales, la educación sigue como mal endémico, y ya solo es objeto de un debate, un pacto estatal por la Educación, que cual santo grial solucione en el futuro nuestros resultados educativos. Pero no solo es el futuro, también hay que pensar en el pasado, y lo que, y a los que, nos dejamos en el camino.

Y es que la cosa no pinta bien, y menos a tenor de los últimos resultados publicados a los que sorpresivamente nadie ha hecho referencia. Estos datos no son de hace tres años, ni de PISA ni de prueba alguna, son del 2015, y no emanados de consejerías o administraciones educativas, estos son más fiables y crueles, pues se enmarcan dentro de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística, en referencia a los indicadores educativos de la Estrategia Europa 2020 y del marco estratégico Educación y Formación 2020 con evoluciones temporales del 2002 al 2015.

Por decir: el porcentaje en Extremadura de la población de 18 a 24 años que no completó el nivel de Educación Secundaria 2 etapa (3º y 4º de la ESO) y no siguió ningún tipo de educación o formación, fue en 2015 de un 24,5%. En 2014 de un 22,9%, y en 2013 de un 29,2%. Del 2014 al 2015 hemos aumentado un punto y medio. Andalucía tuvo un 24,9% en 2015 pero en 2014 estaba en un 27,7%. El País Vasco está en un 9,7%, Castilla-la Mancha en un 20,8%, Galicia un 17%, y Ceuta nos gana, un 29,8%. La media nacional es de un 20%.

La población joven (15 a 29 años) que ni estudia ni trabaja, con estudios inferiores a 2 etapa de ESO fue en 2015 de un 31%, con ESO y Superior de un 18,1%. En 2014, un 30,9% y un 15%, respectivamente. No mejoramos, empeoramos.

Quizás haya pacto educativo, aunque lo dudo, pero mientras no llegue o si no llega, incluso si llegase, no hay que esperar panaceas, urge mejorar educación y formación aquí y ahora, sin olvidar el pasado, y los que pasaron, que no es allá donde se solucionarán los problemas de acá, es aquí y es ahora, y ya no hay excusas.