Las dos sesiones del debate sobre el estado de la región han deparado gran intensidad política en la Asamblea autonómica e interesantes reflexiones en torno al futuro de Extremadura, aunque escasas propuestas tangibles de los diferentes interlocutores para solucionar los problemas que aquejan a la comunidad.

El presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra , ha vuelto a sorprender con un discurso centrado en lo que él denomina un Pacto con la Juventud, como pilar básico del desarrollo extremeño en las próximas décadas. La música suena bien sobre el papel: creación de un Gabinete de Iniciativa Joven para apoyar proyectos innovadores y una ambiciosa reforma educativa para que los jóvenes aprendan a ser creativos. Ibarra sabe de la dificultad de materializar estos proyectos pero su apuesta es valiente y merece ser respaldada, a priori, por todos los sectores políticos y sociales. El paso siguiente será mantener una actitud vigilante y exigente para que los retos se cumplan, con presupuesto encima de la mesa y con medidas concretas que desarrollen los planteamientos iniciales.

En las intervenciones de Ibarra durante los dos días que ha durado el denominado Debate sobre la Orientación de la Política General se han echado en falta, sin embargo, alusiones a las medidas concretas que se desarrollarán a corto y medio plazo para solucionar los desajustes en materia de creación de puestos de trabajo y vivienda. Al margen de que se esté ultimando un Plan Especial de Empleo para Extremadura, en colaboración con el Gobierno, y de que se estén terminando de cocinar el plan de viviendas baratas de la Junta y el plan de choque de la ministra Trujillo , se hacía necesario aprovechar el debate político anual para profundizar en estas y otras cuestiones, anunciando medidas complementarias y sometiéndolas a la crítica de la oposición.

El líder de la oposición, el popular Carlos Floriano , más curtido ya en batallas parlamentarias, ha decidido articular su discurso, una vez más, en torno a las supuestas "mentiras" e "incumplimientos" de Ibarra , en lugar de realizar propuestas alternativas de gobierno. Su teoría del "¿por qué creerle ahora?" --pregunta dirigida de forma reiterada al presidente extremeño-- es muy respetable pero se cae por su propio peso, al menos mientras el líder socialista siga teniendo el aval mayoritario de las urnas, lo que lleva implícito una credibilidad ganada a pulso.

El último detalle relevante del debate sobre el estado de la región vino de la mano de la diputada de IU Teresa Rejas . Destinada a apagar los fuegos que enciende su coordinador, Víctor Casco , la portavoz de IU demostró cordura tendiendo la mano al PSOE para sacar adelante políticas de izquierdas, fundamentalmente ligadas al empleo. Ese es el talante constructivo que se espera de la coalición, abandonando una actitud baldía de beligerancia que le ha situado al borde del precipicio.