WDwesde que la semana pasada, el presidente del PP, Carlos Floriano , le lanzó al presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra , el guante para celebrar un debate televisado en torno a los beneficios o perjuicios que el Estatuto de Cataluña podía tener para Extremadura, los dirigentes de ambos partidos están enzarzados y el cúmulo de declaraciones de unos y otros puede terminar sepultando lo principal: que se celebre el debate. La posición del PP es lógica en un partido que aspira a gobernar: que haya debate y que tenga lugar en la televisión autonómica y, si es posible, en horario de máxima audiencia; pero también lo es la posición del PSOE, el partido en el gobierno que no está dispuesto a facilitar a su oponente la publicidad que le daría a Floriano un duelo con Ibarra: por eso contesta apuntando a la Asamblea como el lugar para celebrar dicho debate. Ni la Asamblea va a perder legitimidad porque ese encuentro entre ambos políticos tuviera lugar en un plató de televisión, ni la tribuna del Parlamento va a ensombrecer los argumentos de uno y de otro para defender sus posiciones, aunque el reglamento de la Asamblea no permita la vivacidad de un ´cara a cara´y la expectación ciudadana sería menor aunque se televisara.