TMte tocó vivir una época apasionante en la universidad. Momentos hermosos de ´libertad sin ira´, ´Juan Carlos I Rey de España ´ y ´puedo prometer y prometo´. Vuelvo la vista y recuerdo que pese a las dificultades de un país que emprendía con paso incierto un camino incierto, nos enfrentábamos a todo con la fuerza imparable de la juventud que tiene el futuro en sus manos. Día sí día también se convocaban asambleas. Líderes progres con gafitas, barba y jersey de ochos, lideresas con falda hasta los pies y melena rizosa sin arreglar o fachas con gomina, polo de Lacoste y mentón afeitado se esforzaban por adoctrinarnos. Debo confesar que pronto dejé de escucharles. Al principio me parecía interesante y divertido formar parte de lo que yo creía historia en movimiento y me sentí privilegiada por vivir aquellos momentos trascendentes, aquella coyuntura única. Pero pronto me decepcioné. No éramos protagonistas de ningún hecho trascendental, sino meros asistentes a debates interminables donde ni se buscaban ni se encontraban soluciones y se perdía mucho el tiempo. Un día en que llevábamos tres cuartos de hora decidiendo sobre si la votación era vinculante o no sin haber entrado aún a discutir lo esencial, fuera huelga, manifestación, sentada, escrito o lo que se tratase, que por supuesto he olvidado, decidí que pasaba de asambleas y que lo más trascendental que podía yo hacer era estudiar. Iba a clase, discutía con mis compañeros en el bar, en el campus o donde pillara pero me negué a participar en aquellas multitudinarias discusiones estériles. Ahora leo que el asunto más espinoso de la Junta de Portavoces de la Asamblea ha sido si los grupos parlamentarios popular y socialista se sientan a la derecha o a la izquierda en el hemiciclo y no sé si reír o llorar. ¡Pero en qué están pensando nuestros flamantes representantes, comportándose como estudiantes universitarios en los primeros años de la transición! ¡Con la que está cayendo! Humildemente les suplico que se pongan a trabajar y no malgasten tiempo y energías en debates tontos.