WEw l compromiso de España con la UE es bajar el déficit público del 9,2% del año pasado al 6% en este. Las cifras oficiales del primer semestre dicen que el déficit ha aumentado en un 0,25%, cuando en todo el año debe reducirse un 30%. El reiterado incumplimiento de las comunidades autónomas, que en esas fechas ya habían acumulado todo el desfase previsto para el ejercicio entero, y la caída de las aportaciones de la Seguridad Social, cuyo superávit es menor cada día, explican la difícil situación. Eso quiere decir que el mayor esfuerzo se va a concentrar en los últimos meses del año.

El consenso de los principales servicios de estudios españoles apunta que el año acabará con un déficit del 6,5%, una desviación no excesivamente grave, unos 5.400 millones de euros. Sin embargo, hay prestigiosos expertos que hablan del 8% --21.500 millones de euros--, lo que tendría graves repercusiones.

La vicepresidenta económica, la más firme partidaria de cumplir a rajatabla con el mandato del ajuste, explicó el viernes que el Estado cuenta con un colchón no previsto de 4.000 millones gracias a la subasta del espectro radioeléctrico y a que los intereses de la deuda no son tan altos como se había presupuestado. Si el desvío se mantiene o acentúa, lo lógico sería que viéramos a Elena Salgado anunciando nuevas medidas, aunque la convocatoria electoral podría paralizar cualquier decisión.