En ocasiones se habla muy alegremente sobre «delitos de odio», sobre todo refiriéndose a debates en las escuelas sobre lo acontecido durante el 1-O, para aprender sobre los valores democráticos en el comportamiento humano, o refiriéndose a manifestaciones espontáneas de protesta ante acuartelamientos después de recibir porrazos de los Cuerpos de Seguridad del Estado. En cambio, el señor Villegas, de Cs, ha hablado en una rueda de prensa de forma irresponsable de «enemigos» y de «armas», refiriéndose a los separatistas, y no ha pasado nada. Se queda tan ancho, y además lo hace en una rueda de prensa pública y ante todo el país. Nadie se queja. Deberíamos preguntarnos si hablar así fomenta el odio. ¿Debería ser imputado este político insigne por «delito de odio»?, ¿debería entrar en prisión por incitar al odio públicamente, simplemente por pensar distinto que él y de forma pacífica? Asimismo, los chicos del ministro Zoido lanzaron al viento la arenga: «A por ellos...» ¿Se puede considerar también?