Catedrático de Universidad

Hace unos días apareció en la prensa nacional, a toda página, un explícito documento de posicionamiento de prestigiosas personas respecto de la guerra de Irak, el cual puede leerse también en la dirección www.democraciasinira.net . La correlación entre democracia y ausencia de ira en su título, constituye un sugerente reclamo para quienes puedan sentirse compungidos por los últimos acontecimientos. Es mi caso, así que allá fui a profundizar en sus contenidos. Concretamente, en su primer punto no niegan, los 226 firmantes, que se pueda discutir si en esta guerra se ha obrado rigurosamente. A continuación, resaltan que España tiene motivos para desear el respaldo de las "naciones aliadas" (el entrecomillado es mío) y el imperio de la ley en el mundo. En su tercer punto, se señala que España no podría ya permanecer al margen de los inevitables posicionamientos internacionales. El cuarto punto refiere los pronunciamientos en contra de la guerra como posibles defensas tácitas de un régimen tiránico (¡fuerte¡). A continuación, alertan de la posible sustitución de una democracia representativa por una especie de régimen asambleario permanente (¡muy fuerte¡), para exigir también a todo dirigente político una altura de responsabilidad, frente al silencio, o sombra de imprudencia ante la escalada de individuos exaltados. En su último punto y en la conclusión final vienen a pedir que se orillen las discrepancias y que nuestra actual democracia fuerte, siga siendo una democracia sin ira.

Ni una sola objeción cabe respecto de la libre expresión y ejercicio pleno del derecho a opinar. Pero sí cabe también aportar datos que ayuden a situar tales argumentos. Por ejemplo, el elenco de los firmantes incluye ilustres apellidos de afamados conservadores, exministros de UCD y del PP, vocales del CGPJ, académicos y periodistas muy significativos, etcétera. Y también, entre ellos, se encuentran 10 de los integrantes del órgano de gobierno de la fundación para el análisis y los estudios sociales (www.fundaes.es), la cual ha sufragado los costes de la publicidad del documento político. Y sobre todo, el promotor y presidente de esta fundación es Aznar.

Teniendo en cuenta este dato, la demagogia hace acto de presencia con fuerza, pero se convierte en arrolladora si al lado de tal documento se ponen algunas de las frases que, a lo largo de estas semanas, ha dicho el propio presidente sobre la oposición. Por ejemplo: "Compañeros de viaje de Sadam; posiciones radicales y extremistas que siembran vientos de destrucción; legitimadores de los ataques al PP y favorecedores de su acoso; piquete carente de patriotismo; acoso, injuria y piedra contra los populares; interesados solamente en desestabilizar, manteniendo posiciones muy peligrosas para el futuro; riesgo para la seguridad; radicalismo extremista que entraña riesgos nefastos y funestos para la paz y convivencia", todas ellas textuales, entre otras.

Conclusión, ¿se compadece algo la mesura de una propaganda sin ira con la desmesura verbal, radical e intencionada, de todo un presidente del gobierno? Nota: se puede entrar en la página web de la fundación para apreciar, entre otros detalles, lo que se postula sobre España en el mundo y sobre los derechos y libertades. Lo dicho, demagogia arrolladora.