Cuando hace unos días el señor Muñoz, consejero de Cultura de la Junta, lanzaba el globo sonda de la posibilidad de patrocinar un equipo profesional de ciclismo en Extremadura, no pude sentir más que incredulidad: cómo era posible que después de abanderar la cruzada contra el deporte profesional --sólo hay que ver el panorama deportivo en Extremadura, que es la única región que no tiene algún equipo de cualquier especialidad en la división de honor, ahora nos salgan con esta, precisamente en el deporte profesional que más rechazo provoca por los continuos casos de dopaje y que comunidades como la valenciana están arrepentidas de patrocinar, como es el caso de Kelme-Comunidad Valenciana por la publicidad negativa que provoca.

Para colmo aparece una información de que el citado consejero le ha pedido al secretario de Estado financiación para dotar a Extremadura de instalaciones para el deporte de élite.

Es de risa. Este hombre habrá pensado que para qué, si tienen en Badajoz La Granadilla para exposiciones caninas y pachangas domingueras, o el campo del Vivero, donde se practica todos los fines de semana el saludable deporte del botellón, que tanto arraigo tiene en nuestra ciudad con el patrocinio de nuestras instituciones. Piden dinero para instalaciones de primer nivel, para luego abandonar a los clubes que fomentan el deporte profesional y son los que darían sentido a esas instalaciones.

El deporte en Extremadura, sinceramente da pena, sólo hay que salir fuera de la región para comprobar en qué niveles nos movemos. Pregunten a cualquier joven de Badajoz qué posibilidades tiene para hacer deporte de calidad. Yo se lo contestaré: ninguna, o te apuntas a un gimnasio o a gastar zapatillas por el Puente Real. Se me olvidaba: te puedes inscribir en las escuelas municipales para la foto de octubre y el bocadillo y coca-cola de mayo. JOSE ANTONIO SOLIS PALACIOS. Badajoz