WEwl derecho a manifestarse se ha ejercido hasta ahora en Extremadura sin trabas. Hasta ahora. Porque desde hace meses manifestarse aquí tiene su dificultad, y aunque precisamente hoy una desafortunada decisión del TSJEx va a permitir que una manifestación corte la Autovía de la Plata, son ya reiterativos los argumentos del poder político en la región para dificultar el derecho de manifestación. Reiterativos e inaceptables. Es inaceptable que la Delegación del Gobierno se oponga a una manifestación contra la refinería afirmando que se trata de un sistema "primitivo" de protestar. Y también lo es que el portavoz socialista en la Asamblea, Luciano Fernández , diga que hay que compatibilizar el derecho a manifestarse con el de los ciudadanos a no soportar con reiteración ese tipo de manifestaciones. Comparar una protesta por un asunto de interés público con una especie de botellón en que sus participantes van a molestar al vecindario, es dolorosamente llamativo en un dirigente político que se pregona de democrático. Insinuar que ese derecho se contrapone con el de "no soportarlo" es, además, escasamente entendible, porque ese argumento está cerca de justificar que haya ciudadanos que exijan su derecho a "no soportar" el derecho al voto de los demás.