WEw n un momento en el que la sequía empieza a afectar a algunas zonas de la región, en el que algunos municipios extremeños comienzan a tener problemas de abastecimiento, resulta alarmante comprobar que en Extremadura se derrochan 30.000 millones de litros de agua en un año. Lo dice la última Encuesta del Agua. En sólo un año, el agua que se fuga se ha incrementado un 39% con respecto al año anterior. A veces la estadística puede resultar demasiado fría. Ese 39% supone un aumento de 9.000 millones de litros de agua mal utilizada. O lo que es lo mismo, con ese agua de más que se perdió en el 2004, podríamos abastecer durante tres años a todos los vecinos de Don Benito y Villanueva de la Serena juntos. En gran medida, el problema es una consecuencia de las deficiencias en la red de abastecimiento y distribución, en muchos casos con tuberías de más de 30 años de antigüedad.

Pero el derroche no es solo atribuible al mal estado de las tuberías. Los extremeños se encuentran, junto a valencianos y baleares, entre los españoles que más agua consumen. Siete litros diarios más que la media de España. Es decir, 7 millones de litros más que la media nacional, cada día. Solo en el campo, los que más dependen del elemento líquido, parecen haberse concienciado de la causa y ya en el último año lograron reducir su consumo en un 3,5%. Las administraciones deben tomar cartas en el asunto con urgencia, antes de que el agua que ahora no apreciamos sea demasiado necesaria.