Extremadura pide seguir recibiendo ayudas de la Unión Europea después del 2020».

Solo soy extremeño de adopción, pero siento una profunda íntima vergüenza al leer esta petición, da validez algunos sanbenitos que nos achacan, y confirman la escasa calidad de los sucesivos presidentes para proyectos importantes y rentables para la región, y su incapacidad de lucha para salir de esta crónica y humillante última posición, que los medios de comunicación demasiado a menudo nos recuerdan.

La perspectiva de un muy brillante futuro que un servidor se formó de Extremadura a mitad del siglo pasado, cuando por mi labor profesional conviví un largo tiempo con los pacenses, me cautivó su personalidad, formas, ganas de vivir y grandes esperanzas a un futuro mejor, no podía imaginar que en mi vejez solo hubiera cambiado el ritmo de vida, lo demás, igual, los mismos sueños, carencias y necesidades.

Si del roce nace el cariño, con casi seis décadas de convivencia, hijos, nietos y biznietas nacidos en esta bendita tierra, dan para mucho, pero no he conseguido comprender que un pueblo como el extremeño, orgulloso de sus raíces y sensible en sus sentimientos, no se rebela y hace algo para enfrentarse a las causas que les condenan al furgón de cola, posición injusta cuando solo falta un presidente inteligente y capacitado para fomentar, todas las formas de aprovechar en su totalidad el enorme manantial de riqueza autóctona que posee Extremadura tantas generaciones ignorada.