Cuando era una cría, mis padres se pasaban el día diciéndome «No chilles», «Baja el volumen», «¿Quieres quedarte sorda o qué?». Ahora ya soy adulta, y soy yo la que les dice estas mismas palabras a mis hijos, porque no quiero molestar a nadie con música alta, gritos o similares. Y qué lástima que no todo el mundo tenga este pensamiento.

Mi hermana vive en una calle de donde de jueves a domingo es prácticamente imposible dormir en toda la noche. La pobre tiene la mala costumbre de ir a trabajar los viernes y los sábados, pero claro, va dormida a todos lados a causa del bullicio que montan todas las noches los chicoss que no han tenido unos padres como los nuestros y que utilizan la calle (sobre todo ahora que ya ha llegado el buen tiempo) para reír, hablar o bailar.

Desde estas líneas hago un llamamiento (en voz baja, entiéndanme la ironía) para que la gente eduque a sus hijos. Mi hermana solo quiere dormir, no oír Despacito, Cómeme el dónut (otro día hablaremos de las mieles de las expresiones de estas canciones), o los mejores éxitos del reguetón toda la noche. No le interesan en absoluto las conversaciones de los jóvenes, sus líos, sus fotos, sus likes y otras historias. Solo quiere dormir. No es tan difícil. Y ella no grita. Gracias.