El año pasado terminó con 4,1 millones de personas sin trabajo en España, lo que supone un aumento del 4,5% respecto al 2009. Se trata de un mal dato, sin duda, aunque de las cifras que facilitó ayer el Ministerio de Trabajo se desprende que podríamos estar cerca de lo peor de la crisis en lo que se refiere al drama del paro porque la tendencia destructiva se suaviza. Así, en su conjunto, el año 2010 se cerró con 176.000 parados más, frente a los 800.000 del 2009 y al casi millón del 2008.

Estos datos reflejan la evolución de la economía en la ocupación, pero en estos momentos tan o más importante que ver los efectos del lento aterrizaje de la crisis es comprobar el resultado de las medidas del Gobierno. Saber de qué sirven las llamadas reformas estructurales aplaudidas por los mercados. La nueva legislación laboral, que entró en vigor en junio y fue aprobada definitivamente en septiembre, podría estar manifestándose a través de los contratos de trabajo indefinidos, que subieron un escuálido 3% en tasa anual, pero que entre julio y diciembre aumentaron un 52%. Se trataría sobre todo de contratos acogidos al fomento de la contratación indefinida, que prevén una indemnización de 33 días por año, frente a los 45 habituales. Podría ser una conclusión provisional que los sindicatos tienen razones para criticar: hay empleo, pero más barato.

Respecto a Extremadura, la evolución del mercado de trabajo se comportó con la misma tendencia que a nivel nacional: subió --lo hizo en 7.500 personas el año pasado--, pero no tanto como en el 2009 --entonces se incrementó el número de parados en casi 15.000 personas-- ni en el 2008, cuando se batieron los récords de destrucción de empleo y se registraron en las oficinas de empleo 21.000 personas más. Con todo, cualquier aumento del paro en una región como Extremadura, con más del 20% de la población activa sin trabajo, es un dato dramático que no lo atempera el hecho de que la destrucción de empleo sea cada vez menor. Máxime si a este panorama se añade el dato de que el crecimiento previsto para el próximo año en la región (un 0,1%) quedará lejos del necesario para que se inicie una recuperación significativa del empleo.

La Junta destaca, en su análisis sobre el comportamiento del mercado laboral que durante seis meses se ha creado trabajo en la región. Y es verdad, pero con serlo no oculta que los descensos del desempleo están ligados a circunstancias ocasionales y que la singularidad de las mismas hace que los empleos que se crean sean eventuales. El plan E creó trabajo e hizo bajar el paro, y su finalización ha provocado el efecto contrario. Esta es la razón de que el mayor aumento del paro durante diciembre lo ha registrado el sector de la construcción. Más doloroso es, por ser puestos de muy difícil recuperación, que también perdiera empleo el sector de la industria, tradicionalmente de puestos fijos.