Después de varios meses de reformas en el Pabellón de la Granadilla de Badajoz, resulta que éstas se han ceñido únicamente a los vestuarios y cuál no fue mi sorpresa cuando comprobé que, en los vestuarios de señoras, ¡No hay ningún sitio donde cambiarse! Increíble, pero cierto. Más que un vestuario, parecía una cámara de gas nazi: mujeres de todas las edades, gordas y delgadas, altas y bajitas, mayores y jóvenes, guapas y feas... ¡todas desnudas para cambiarse para entrar o al salir de la piscina! Cualquiera, además, podría colarse allí con una cámara (o un móvil con cámara) y hacer estragos. ¿Se imaginan fotos publicadas en periódicos locales (o provinciales o nacionales) o colgadas en la red, de la mujer del alcalde, de las respectivas de los distintos ediles del ayuntamiento, o a su madre, o su novia, quizás su abuela...? Y no digamos ya si acuden menores de edad. Por favor, un poco de dignidad y de intimidad. ¿Es mucho pedir unas cabinas o lugares reservados donde cambiarse sin tener que enseñar a los demás las partes más íntimas de nuestro cuerpo? Estamos en los tiempos en que más leyes se están promulgando en busca de la mayor privacidad para las personas y aquí en Badajoz vamos al contrario de las tendencias actuales. ¿Y así queremos ser referencia para el resto de Extremadura o de España?

María José Rodríguez Ruiz **

Badajoz