Presidente del Consejo de la Juventud

Dicen que la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo , pues bien, cada vez ese tiempo se hace más lento y perezoso, llegando a detenerse para muchos, puesto que para esta generación de jóvenes las opciones de acceder a trabajos adecuados a la formación que recibimos, el acceso a viviendas dignas y una cierta estabilidad dentro de una sociedad occidental, capitalista y globalizada como la que vivimos comienza a ser un tópico. Mientras, el alcohol parece ser que nos lo hemos inventado nosotros.

Abandonamos cada vez más un sistema de vida europeo, con libertades pero con determinados niveles de protección social, cargado de valores, cultura y búsqueda del bien común para adentrarnos en un modelo americano, agresivo y extremadamente competitivo donde solo triunfa el number one y los éxitos individuales se superponen a los colectivos, donde la única protección social que existe es la que uno se busca, es decir, tal y como decíamos en el colegio, Cada uno a su pellica .

Aun así, somos muchos y muchas jóvenes los que estamos luchando para que nuestras democracias sean más participativas, haya una mayor oferta de formación en valores, el trabajo en equipo sea suficientemente recompensado, la cultura del éxito sea sustituida por la de Sentirse útil en la sociedad , y lo hacemos a través de colectivos sociales, asociaciones, Ongs, plataformas, partidos políticos...

Pero ésta es una visión sesgada de la juventud, si nos vamos a los países empobrecidos, que no pobres, los jóvenes matan por unos pocos dólares, pero esto no lo queremos ver, no es nuestro mundo, no es Europa...