«Buenos días. Es lunes y hace calor. Vamos a comernos la semana».

-¿Buenos días? A esta hora ya serán buenas tardes. Cómo se nota que no madrugas.

-Serán buenos para ti, pero ¿te has parado a pensar en cómo son para los demás? La de personas que hay que sienten agobio los lunes y tú ahí, tan contenta.

-¿Quién te crees que eres para desearme Buenos días si no me conoces de nada? Me estás acosando.

-Serán buenos y buenas, si no te importa.

-Es lunes, dice, como si los demás fuéramos tontos y no nos hubiéramos dado cuenta. Seguro que te crees muy lista con esas obviedades. Lo que hacen algunas para ganar un like...

-Pues yo prefiero el calor al frío, la verdad, que ya estaba bien de tanta lluvia y tanta calefacción.

-A lo mejor es de las que pone el aire acondicionado a primera hora, con lo que eso gasta de energía y lo que contamina y la huella de carbono qué deja. Qué poca solidaridad.

-¿Calor? Tú no sabes lo que es pasar calor. Calor pasan los pobres curritos que están en las carreteras hormigonando a 45 grados. Tú eres una privilegiada, seguro que estás tan pancha ahí en tu sofá escribiendo.

-Y los que trabajan en el campo, ésos sí que pasan calor, pero claro, qué vas a saber tú del calor de los pobres jornaleros, si seguro que no has pisado el campo en tu vida. Una señoritinga de ciudad.

-¿Sabes que las semanas no pueden comerse? Son sólo una medida de tiempo que se ha dado el ser humano para controlar el transcurso de los días. ¿Cómo vas a comerte eso?

-Las semanas no existen, es la Luna la que rige nuestro ser espiritual. Pero desde los poderes económicos nos encasillan en un espacio tiempo que nos desordena los chacras. Deberías plantearte buscar tu Yo interior y conectar con él.

-No es justo que hables de comer cuando hay tantas personas que no tienen nada que llevarse a la boca. Es egoísta y poco empático.

-Yo sí que te comía todo a ti.

-Hola, Mer, buenos días.

*Periodista.