Aunque los tiempos que corren no son propicios para celebrar nada, tampoco en Educación, hace dieciséis años que la Unesco instauró este día con la pretensión de reclamar apoyo para los docentes y así garantizar la atención de las necesidades de las futuras generaciones.

El resto del año, trecientos sesenta y cuatro días, pocos se acuerdan de ellos, y menos para mostrarles comprensión o reconocer su labor profesional. Los profesores se sienten más que nunca solos en medio de una isla, una parte de nuestra sociedad mira para otro lado mientras la otra cuestiona su trabajo.

Pero la profesión docente es sobre todo vocacional, de ahí que los profesores estén orgullosos de serlo, y de prestar un servicio público esencial para la sociedad. Orgullosos de tener una profesión hermosa que los permite transformar a esos seres-esponjas, en hombres y mujeres formados para el disfrute de la belleza y para continuar el progreso de nuestras sociedades, en personas responsables y sensibles ante la marginación, la pobreza y la diferencia.

A pesar de que la docencia goza de gran consideración en cualquier sociedad avanzada, en nuestro país el prestigio de la Educación y de la profesión docente ha ido descendiendo hasta límites difíciles de asimilar y de comprender. Al cuestionar la labor docente se están socavando los cimientos de nuestra sociedad, con las terribles consecuencias que ello comporta. A los agravios que se han venido cometiendo desde diferentes instancias, tenemos que sumar las graves, por injustas e ilegales, medidas adoptadas por el Gobierno (reducción salarial). El desánimo generalizado que se ha instalado en el colectivo docente comenzará a desaparecer cuando vuelva a reconocerse su trabajo. Las Administraciones educativas deberán esforzarse en colocar la Educación y la figura del profesor en el lugar que le corresponde, a sabiendas de que nada de esto podrá conseguirse desde el ataque y la crítica permanentes.

Ahora más que nunca, y para que ese orgullo que sienten los docentes no se vea nublado por la desmotivación, es necesario que sientan cerca el apoyo y el respaldo a su trabajo.