No eres un lince en economía, pero sabes, por obviedad, que para que la economía de un país funcione, el dinero tiene que estar en la calle, moviéndose de mano en mano.

Un antiguo profesor una vez te puso un ejemplo sobre la fluidez y buen estado de la economía de un grupo social. Este grupo estaba compuesto por veinte individuos, a los que se les facilitó 500 euros a cada uno y una serie de productos de distintos usos: a unos alimentos, a otros vestidos, a otros artículos de cultura, ocio, etc. Entre todos crearon el mercado, en el que compraban y vendían sus productos, conforme a sus necesidades del momento. Surgió la oferta y la demanda. Y dependiendo de la época del año o necesidades del momento, a veces unos vendían o compraban más que otros.

Transcurridos unos años, los 10.000 euros que se habían proporcionado al grupo se mantenían en circulación, aunque algunos habían aumentado su capital, gracias a su avidez para vender o su buena suerte, debida ésta a diferentes factores. A otros se les había reducido. Pero todos tenían sus necesidades cubiertas, e incluso podían permitirse algún capricho. Un día, un miembro que había aumentado en 200 euros su capital pensó que lo mejor que podía hacer para no exponerse a su pérdida era ahorrarlos, y las guardó bajo el colchón. Entonces el mercado pasó a disponer de 9.800 euros. La conducta de este individuo fue imitada por otros tres, quienes redujeron el capital a 9.100 euros en varios años. Con el tiempo ocurrió que de los 10.000 euros, sólo quedaban 5.000 en el mercado. Los otros 5.000 permanecían inactivos, bajo los colchones de cuatro avaros insolidarios que habían provocado que el resto se convirtieran en miembros pudientes, pobres o muy pobres.

Dentro de la complejidad, este ejemplo puede servir para ilustrar lo que está ocurriendo con la economía mundial. Un grupo de individuos están sacando el dinero de la calle y lo están acumulando en paraísos fiscales. De esas entidades sale de nuevo a la calle una pequeña parte para ser invertida en negocios que les rentarán el doble, y así seguirán aumentando sus ahorros. Y, si nadie o nada lo remedia, la calle seguirá quedándose sin dinero. Y cada vez habrá más pobres.

* Pintor