WEwspaña entrega a la Iglesia y a la escuela católicas más de 3.000 millones de euros al año. Es un privilegio sin parangón en Europa. Porque una parte --35 millones de euros-- va a fondo perdido para gastos de funcionamiento de la propia Iglesia, que goza de exenciones fiscales muy notables. Pero el episcopado español es incapaz de autofinanciarse, algo a lo que se comprometió hace ya muchos años. Y aun así, los obispos ultraconservadores se echan a la calle, arropados por la derecha política y social, en contra del Gobierno por una reforma educativa que no cuestiona sus enormes privilegios y mantiene la enseñanza de la Religión en todos los centros.

Esa ala derechista que forman los obispos --salvo excepciones-- batalla por tener lo que no le dio ni Franco , amparada en el Acuerdo con la Santa Sede sobre educación de 1979. Pero llega la hora de acabar con la ambigüedad, de revisar una relación que está a medio camino de la confesionalidad y la laicidad. Y racionalizarla en su vertiente económica, como apunta la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega . Quizás el Estado tenga que pagar a profesores y a escuelas concertadas, pero es muy dudoso que deba cubrir el déficit del gasto ordinario de la Iglesia.