TNto hay otro problema, para algunos, que la Jornada Mundial de la Juventud que se va a celebrar en Madrid. Hay que manifestarse contra su celebración, sea como sea, se permita o no, porque es una ofensa al pueblo español y, si me apuran al universal. Que entre los que protestan haya grupos más o menos marginales de teólogos o de agnósticos y ateos, en una mezcla curiosa, y de indignados del 15-M no le quita gracia al asunto, todo lo contrario.

Algunos medios se han preocupado de investigar las cuentas como si se tratara de los Presupuestos del Estado. Y lo han encontrado. "No hay subvención directa --dice uno de esos medios-- pero sí rebajas en transporte y cesión de edificios públicos". Vale. Las rebajas en el transporte público suponen que, en lugar de venderse en Madrid unos 700 abonos, la media de otros agostos, se comprarán más de medio millón, aproximadamente la cifra de jóvenes que vendrán a Madrid. De ingresar casi nada se va a pasar a recaudar mucho dinero. Además, los jóvenes que vienen se pagan sus gastos y sus viajes. Y se han conseguido 16,5 millones en patrocinios de empresas y otros 2,5 de particulares. En total 50 millones, que es lo presupuestado. La cesión de edificios públicos, vacíos en agosto no sólo se compensa con los gastos que harán los cientos de miles de peregrinos --el 1% de todo el turismo español en 2011-- sino también con lo que cuenten sobre Madrid y sobre España los 4.700 periodistas acreditados para esta JMJ, que puede dejar hasta cien millones de euros en ingresos. Aunque fueran la mitad o nada, también sería positiva. ¿Beneficios fiscales? Los mismos que otros 15 eventos que el Gobierno ha declarado de interés especial. Y sumen el empleo que se ha creado para esta JMJ, los encargos de mochilas, carpas, escenarios, etcétera. Y que 10 euros de cada inscripción van destinados a Fondos de solidaridad para jóvenes de países en desarrollo.

Por cierto, acabo de presenciar en directo un debate sobre los sucesos ocurridos estos días en Inglaterra, transmitido en directo por el Canal 24 Horas de TVE. Excelente por directo, interesante, positivo, constructivo, vivo, sin papeles... tan diferente de los que vemos en el Parlamento español donde nadie se sale del guión escrito previamente y donde muchos se quedarán literalmente desnudos si les quitaran el papel escrito antes de que escuchar los argumentos del adversario, también previamente escritos. Nuestro Parlamento, nuestro Gobierno y nuestra oposición están de vacaciones, con todo lo que está cayendo. Sólo Rubalcaba compareció este jueves más en tono propagandístico que efectivo. Ese sí que podría ser un motivo para la propuesta y olvidar otras mezquindades.