Promotor yeditor musical

La industria discográfica se encuentra ante el final de un ciclo, o lo que es lo mismo, de una era. El progresivo avance de internet como medio de conseguir y distribuir música se muestra imparable y a la vez se debe plantear que existe ya una nueva forma de hacer negocio al que las compañías no han sabido adaptarse. Se puede decir que esta crisis marca el final de un modelo que se basa en la venta y producción de CDS, anteriormente discos o vinilos, y que ahora prácticamente está desapareciendo ese volumen de ventas que daba viabilidad al negocio o mercado que controlaban y obviamente manipulaban las grandes compañías discográficas. La gratuidad para bajar e intercambiar música en la red o internet, la piratería o copia incontrolada, así como el top manta están haciendo el resto. Creo que la situación no va a mejorar ni a corto ni a medio plazo; es más, en todo caso se incrementarán las ventas ilegales a través de las redes mafiosas que fabrican y distribuyen masivamente discos o CDS copiados, así como asistiremos al aumento de soportes realizados en la red, para poder bajar, copiar o grabar música o canciones de artistas que aún no han sacado su trabajo al mercado discográfico. De acuerdo con lo anteriormente expuesto tanto la edición como la distribución discográfica se encuentran inmersas en una crisis sin precedentes. La venta de discos y CDS caen un mes sí y otro también, encontrándonos ante una situación límite. Esta crisis marca el fin de un modelo de negocio, que en nuestra región, si exceptuamos la época de las independientes, nunca ha sido tal. Así que nos encontramos con que las ya no tan nuevas tecnologías y en concreto internet, han permitido desvincular el contenido del continente de la obra o soporte cultural editado, de manera que este producto final puede ser consumido e intercambiado sin estar atado a un soporte físico. Esto debería plantear una nueva forma de difundir la música a la que todavía hoy no estamos adaptados y ni siquiera los del sector, convencidos de ello. El futuro es, por lo tanto, la red o internet, un medio de escucha y de distribución que sustituirá progresivamente al CD, que desaparecerá como soporte físico. Ya es un hecho consumado el que una mayoría de los jóvenes que consumen música tengan más material descargado de la red, que de los propios CDS que se suelen comprar en tiendas de discos o incluso piratear entre ellos, siendo ya una evidencia que hay una generación de jóvenes que crece convencida de que la música grabada es algo por lo que no hay que pagar, y aunque sigue siendo un reto convencerles de lo contrario, la realidad se presenta más dura y convincente en relación con el presente y futuro de la industria discográfica que atraviesa la crisis más grave y duradera de su corta historia.