El editorialista de Abc crea la expectación: "Aznar lo ha vuelto a hacer. El presidente del Gobierno ha conseguido colgar el cartel de ´no hay billetes´ para la cena de despedida que el próximo lunes celebrará en los salones de un hotel de Menorca". Es más: "Ya no quedan entradas para la que será la última cita veraniega del último verano como presidente de José María Aznar. Mucha tela. Como los Rolling Stones. Como si fuera esta noche la última vez". Los asistentes han pagado un módico precio para "presenciar en directo y entre plato y plato un discurso tan meditado como esperado". Aviso insistente: "La reventa, disparada".

Y va Manuel Rivas en El País y se inventa el discurso. Empieza: "Antes de hablar, enfatizó el presidente, quiero decir unas palabras". A partir de aquí, una retahíla de frases hechas pero con variantes jocosas: "Hemos estado entre la espalda y la pared. Hemos ido de caspa caída. Hemos pasado de castaño a oscuro". Pero el presidente es firme: "Yo siempre lo tuve herméticamente claro: renaceremos de nuestras cenizas como el gato Félix, diga lo que diga el obstáculo de Delfos. Bien sé que a todo Napoleón le llega su Waterpolo". Bromea sobre Portugal, pero el presidente es comprensivo: "Será por eso que en las Azores estábamos cuatro y sólo se habla del famoso trío". Incluye un mensaje a sus sucesores: "No quiero que dividáis el partido en tres mitades ni que comiencen las hostialidades". Y acaba: "Hay que sacar los votos de debajo de los ladrillos. Esta es la gran cuestión, porque, ¿qué futuro vamos a dejar a nuestros antepasados?".