Resulta llamativo que el PP siga sin asumir la derrota electoral del 14-M y, sobre todo, que quien realiza esas críticas no es precisamente alguien que pueda ofrecerse como espejo. Carlos Floriano , presidente del PP extremeño, lleva desde ese día azotando a Rodríguez Ibarra . Para ello trabaja con unos supuestos que el futuro Gobierno ni siquiera ha planteado. Más aún, asegura que el presidente de la Junta no pinta nada en su partido y ningunea a la futura ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo . A vuelapluma, no recordamos hechos concretos en los que Floriano haya sido decisivo a la hora de que el Gobierno del PP adoptara alguna decisión y mucho menos que desde que él está al frente del PP regional alguien próximo a su entorno haya ostentado un cargo ejecutivo de relevancia a nivel nacional. Vistos los resultados de los comicios del 2003 y 2004, el presidente del PP debería ser más humilde.

Y también debería hacer autocrítica IU. El hecho de que los colectivos vecinales no hayan acudido a su convocatoria en Badajoz debe tener alguna lectura que los propios dirigentes de la coalición deberían realizar en positivo si quieren ser el nexo entre los ciudadanos y las instituciones a la hora de canalizar las demandas y quejas de éstos.