Tras la baja como militante del Partido Popular del exministro Manuel Pimentel, el veterano dirigente del partido Félix Pastor Ridruejo también ha criticado abiertamente el apoyo del presidente del Gobierno, José María Aznar, a la guerra de Irak. Según este miembro de la Ejecutiva Nacional del partido, "ha saltado por los aires la idea de un PP moderado, humanitario y cristiano". La disidencia de Pastor Ridruejo, que ni dejará la militancia ni será sancionado, es especialmente significativa por su condición de padrino en los primeros pasos que Aznar dio en la vida política. Los testimonios de Pimentel y Pastor Ridruejo muestran hasta qué punto la sociedad española comparte el no a la guerra. Y confirman que, pese al silencio disciplinado de los cargos populares, parte de ellos comparten la opinión del 91% de los españoles opuestos a la invasión de Irak. O cuanto menos, que son conscientes del coste electoral que deberán pagar por empezarse a alejar del electorado de centro que les concedió su confianza en 1996. Sin embargo, que sólo dirigentes retirados de la política activa hayan osado decir en público lo que piensan es una prueba de las dificultades aún existentes para que el PP pueda expresar su pluralidad.