Dice el exjugador de la selección Xavi Hernández, flamante entrenador de Catar, que ahora no vive en un país democrático pero que su sistema funciona mejor que en España porque hay mucha tranquilidad y seguridad. También mucha pasta, aunque eso lo digo yo. A él lo que le preocupa es el futuro de sus hijos y en ese país absolutista, del que existen fundadísimas sospechas de explotación laboral a los extranjeros que han construido las instalaciones del futuro Mundial y donde las mujeres reciben instrucciones precisas de cómo deben ir vestidas o qué lugares deben frecuentar, sus niños son felices. Porque es que en España no es que no haya igualdad legal entre hombres y mujeres, que la hay, sino que no hay derecho a decidir. Y eso sí que es un desastre.

Xavi lanza al aire sus soflamas denigratorias antiespañolas, sin aclarar si es independentista. Como si después de afirmar que es feliz en un país donde no hay democracia ni igualdad y donde la mujer no puede decidir a veces ni la ropa que quiere ponerse, fuera a importar algo su patológico rechazo a lo español.

En esa escalada de desprestigio constante y de relato victimista y falso, suena en cambio Xavi moderado al lado de las declaraciones de ese campeón constante del disparate que es Quim Torra. Al principal mandatario de la Generalitat, al supuesto responsable precisamente de la seguridad y tranquilidad de los catalanes, no le preocupa esta en absoluto, dedicado como está exclusivamente a la causa. Y ante la detención de unos violentos que, según serios indicios, preparaban atentados letales, amenaza que provocaría insomnio a cualquier autoridad con un mínimo de responsabilidad, responde con insultos a las fuerzas del orden y con alabanzas a los detenidos.

Bien está la presunción de inocencia, pero que, por el mero hecho de comulgar con la sagrada fe secesionista, una panda a la que se le encuentran artefactos explosivos, planos y planes, deba ser considerada pacífica como bebés bien alimentados, excede todo exceso. Claro que el que los defiende es el mismo que recomendaba a los bebés que apretaran.

* Profesora