En las calurosas noches de verano, cuando das vueltas y vueltas buscando el sueño reparador, es habitual entrar en un vaporoso estado de semiconsciencia, un estadio intermedio en que la mente experimenta momentos de extrema lucidez en los que fluyen tanto novelas como fórmulas matemáticas que, al despertar, se desvanecen como agua entre los dedos. A veces transitamos hacia una especie de sueño hiperrealista y, en casos puntuales, el recuerdo queda fresco en la memoria. Esto es lo que me ocurrió hace días, con una visión que avanzaba acontecimientos de nuestra apasionante vida política y, dado que es de un innegable interés común, he decidido compartirlo con los lectores. Todo empieza en las próximas elecciones catalanas, que, como apuntan ya algunas encuestas, gana Convergència i Unió por mayoría absoluta. Artur Mas forma un Ejecutivo bicolor (de CDC y UDC), con algún independiente, pero sin grandes fichajes ni sorpresas, y empieza a gobernar. El PSC vive momentos de extrema confusión, pero sin estropicios, y José Montilla acepta seguir en el cargo y ejercer de jefe de la oposición hasta que se aclare el panorama.

XCOMO ERA TAMBIENx de esperar, las instrucciones de un Mas crecido al grupo parlamentario de CiU en el Congreso son concluyentes: ninguna ayuda a Zapatero , que se las apañe solo. El presidente español va tirando como puede, pero no tiene más remedio que avanzar las elecciones haciéndolas coincidir con las municipales y autonómicas del 2011. La crisis aún es muy fuerte, y los socialistas se hunden por todas partes. Pierden el Ayuntamiento de Barcelona (ya he dicho que el sueño es hiperrealista), y también el de Sevilla, Zaragoza, A Coruña, y también los gobiernos de Aragón, Castilla-La Mancha y Asturias. El PP arrasa en sus feudos (Murcia, Comunidad Valenciana, Madrid) y obtiene mayoría absoluta en el Congreso. Zapatero dimite en la misma noche electoral. Su demacrado rostro y las lágrimas de los pocos seguidores llegados hasta Ferraz es lo que más me ha quedado grabado.

Rajoy forma un gobierno fuertemente condicionado por la FAES, y por tanto por José María Aznar , que se considera el artífice de la victoria, e inicia su mandato anunciando una fuerte recentralización con la excusa de la eficiencia económica. Mientras, el PSOE vive un congreso convulso. La candidatura continuista, formada por el tándem Blanco-Chacón , tropieza con una inesperada candidatura, la del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara , que con el apoyo de Prisa (en el sueño leo la noticia en El País ) y con la extraña alianza de los partidarios de José Bono y los guerristas derrota al sector zapaterista. Chacón aprovecha la ocasión para volver a Cataluña y sustituir a José Montilla como primera secretaria del PSC. Pero por los pelos, porque Montserrat Tura logra un sorprendente 40% de apoyo.

A todo esto, Artur Mas ya ha preparado un plan para celebrar un referendo sobre el concierto económico, su oferta electoral estrella. Como respuesta a este desafío, Rajoy convoca a Fernández Vara en la Moncloa y ambos acuerdan una especie de LOAPA 2 y, gran alboroto que me lleva a sacudirme en la cama, una reforma de la ley de educación que recorta las competencias de las autonomías y garantiza el derecho de los alumnos a cursar todos los estudios en castellano en todo el territorio. En Cataluña, la indignación es máxima. Artur Mas comparece por televisión y hace un llamamiento a todos los partidos catalanistas a sumarse a un Govern de concentración nacional para hacer frente a la agresión. En el PSC, la negativa de Chacón a enfrentarse al PSOE de la mano de CiU provoca una rebelión interna que obliga a la exministra a dimitir. Montilla vuelve como garante de la unidad socialista y en el papel de primer secretario, para lo que repesca a Castells como vicepresidente de la Generalitat. La respuesta del PSOE es inmediata. Fernández Vara denuncia el protocolo de relaciones con el PSC y organiza el PSOE en Cataluña con Chacón al frente. Con el inicio del curso escolar, la presión política se dispara. Madrid envía inspectores a las escuelas para hacer cumplir la ley. A todo esto, el juez Juli Solaz dicta sentencia en el caso Palau y certifica que CDC cobró comisiones ilegales. La situación del Govern de concentración es insostenible y Mas convoca elecciones anticipadas.

CiU, PSC, ERC e ICV llevan en su programa la celebración de un referendo de autodeterminación y arrasan en las elecciones. Madrid intenta impedir el referendo pero la presión de la Unión Europea y la ONU le obliga a dar marcha atrás. PSOE y PP se niegan a hacer campaña por el no y optan por favorecer la abstención. Como en Montenegro, la UE fija un mínimo del 55% de participación para validar la consulta. La campaña se desarrolla con normalidad y Cataluña, como con los toros, vuelve a ser el centro de atención mediática mundial. El expresidente finlandés Martti Ahtisaari , que supervisa el proceso, anuncia el resultado final por televisión cuando... ¡riiing!, suena el móvil y es alguien que me confirma que aún estamos en agosto del 2010 y que la noche anterior abusé de los mojitos.