Una vez que el pasado mes de marzo se produjo la resolución del Supremo sobre el recurso presentado por los tres obispos extremeños, y alguna asociación de profesores de religión, más menos esperaba lo que iba a suceder. El Gobierno regional, como no puede ser de otra manera, aceptaría la resolución y llevaría a la práctica lo que el alto tribunal sentenciara, efectivamente, resuelve que la asignatura debe ser cursada en segundo de bachillerato y en el curso 2018-19 será ofrecida.

Sin embargo, en cuanto a la carga lectiva de la asignatura (dos horas en primero de secundaria y dos horas en primero de Bachillerato, que la Junta redujo a una y que fue otro de los motivos del recurso citado) el tribunal no se define en cual debe ser el número de horas para que la asignatura pueda ser explicada convenientemente y hace una llamada explicita a las partes para que dialoguen, determinen el asunto y se eviten las decisiones unilaterales.

No es que piense que la Junta de Extremadura no sea favorecedora del diálogo, elemento fundamental por otra parte de la democracia, pero viendo su modo de actuar en relación con la asignatura de religión católica a lo largo de estos años, me temía lo peor, como así va a ser.

Algunos que saben del tema (sindicatos) me dicen que soy un ingenuo y que esto no funciona así, pero yo me niego aceptarlo y sigo pensando que el diálogo es posible, porque se hace en otras instancias.

La consejería de una forma unilateral decide que hay que eliminar una hora en primero de secundaria y una en primero de bachillerato y adelante. El diálogo y la reflexión en común ¿eso qué es? ¿Con qué se come eso? Parece que es un producto desconocido para algunos.

Más precariedad para 20 trabajadores de la Junta de Extremadura, profesores de Religión Católica de Secundaria y Bachillerato de la Diócesis de Coria- Cáceres, más desosiego y crispación por parte de todos y más prejuicios para la educación en nuestra comunidad autónoma.

Señor Fernández Vara, por favor, solo le pido que favorezca el dialogo en este tema tan maltratado los últimos años.