Todos incurrimos en el error de opinar sobre lo que no conocemos, de un modo exhaustivo, en alguna ocasión. Hasta la persona más prudente se deja llevar, de cuando en cuando, y juzga las acciones u omisiones del prójimo. Ese carácter, un tanto metiche, forma parte de la condición humana. Pero, también, son propios del ser humano dones como la misericordia, la empatía, la solidaridad o la caridad. Porque es cierto que somos seres muy complejos. Y, como tales, tenemos condiciones que nos hacen únicos, y capaces, al tiempo, de lo mejor y lo peor.

La tendencia a hablar sobre lo que hace o deja de hacer el vecino puede resultar inocua, si lo que se trata son minucias o asuntos intrascendentes. Pero el problema es que, a veces, se opina con ligereza sobre asuntos dolorosos y verdaderamente sensibles. Y esto suele denotar una tremenda falta de conmiseración.

Aunque, si grave es que los españolitos de a pie hundan el hocico en causas ajenas, aún más hiriente resulta escuchar a personas con altas responsabilidades jugueteando con según qué asuntos de la naturaleza, la salud, el alma o la personalidad humana. Porque ahí, además de la incapacidad para habitar figuradamente la piel del otro, existe una dosis de oportunismo que vicia el ambiente de manera absolutamente definitiva.

El dolor ajeno debería ser una frontera infranqueable que nadie pudiera cruzar, salvo para aliviar las penas del sufridor. Y, por desgracia, en nuestros días, existe una cierta tendencia a la invasión de espacio más íntimo del ser humano, precisamente cuando más habría de respetarse. O sea: en las situaciones de especial debilidad.

Porque solo cuando una persona se enfrenta a una situación verdaderamente sustancial, a una de esas circunstancias que la marcarán de por vida, a una encrucijada, solo entonces podrá saber qué tipo de ser humano es, y cómo es capaz de afrontar determinadas realidades. Porque todo el mundo cree ser capaz de arreglar las vidas ajenas con unos consejillos de manual de autoayuda. Pero la vida no es tan fácil.

*Diplomado en Magisterio.