TSteñor don Miguel de Cervantes :

Quería decirle, con todo respeto, que le estamos agradecidos por haber dejado salir de las página de su libro, a don Quijote y Sancho , tras 400 años de existencia. No podía, mi leído don Miguel, haber tenido mejor idea que enviar al caballero andante a vivir nuevas aventuras en el Womad cacereño. Me perdonará el atrevimiento, don Miguel, si desvelo en mi carta retazos de la conversación que mantenían ambos que, con la guía de ciudades Patrimonio de la Humanidad en las manos de Sancho, dieron en caer por la plaza de San Jorge. Estaba yo, don Miguel, intentando fotografiar el ambiente womero cuando acerté a ver, sorprendido, un caballero andante con los ojos como platos ante los miles de cuerpos pintados y adornados con telas multicolores que, según él, salían a recibirle. Ni él ni su escudero podían entender a aquellos seres cuyas orejas portaban numerosos anillos y en cuyos cuerpos brotaban alfileres. Por más que intentaron ambos hilvanar una conversación no lograron entender ninguna de las muchas lenguas que hablaban los miles de vecinos y vecinas que casi impedían el paso de sus cabalgaduras por las angostas calles que vomitaban ríos de personas hasta la plaza Mayor.

--"Hemos de visitar enseguida al regidor de este pueblo, amigo Sancho. Debemos haber llegado a un nuevo Arca de Noé. ¿Escuchades las diversas lenguas que conviven en esta ciudad? Nunca caballero andante tuvo tal recibimiento. Decidido Sancho: pernoctaremos en esta villa. Vamos al ayuntamiento que ha de estar esperándonos la primera autoridad, pues tal se explica ante tamaño recibimiento.

--Créame vuesa merced, por vida de mi padre, que estos ropajes más parecen de gentes de buen vivir entregados a la fiesta que no se han percatado de nuestra presencia, entregados a la diversión al son de tambores.

--Hombre de poca fe, amigo Sancho, ¡condúceme hasta la casa del regidor cacereño que debo agradecerle este recibimiento! Nadie en toda la Mancha supo rendir homenaje así, como nuestra fama merece. ¡Han traído parejas de todas las naciones y en sus lenguas nos aclaman, amigo Sancho! He de abrazar al regidor y nombrarle caballero de las letras y las músicas del mundo. Pocas veces, mi fiel Sancho, tendremos ocasión de estar ante persona tan leída y culta, capaz de arrastrar estas multitudes para recibir, honrar y dar posada a tu señor. Deberías aprender de él y llevar a Barataria estas celebraciones sanas donde la alegría y el respeto brotan de los propios adoquines de estas empinadas calles. ¡Vamos, Sancho, aparta este gentío que muero en deseos por abrazar al regidor!"

Con mi respeto, don Miguel, atentamente,

*Periodista